CUIDAR LA POLITICA DESDE EL GENERO HUMANO
Esta claro
que el genero masculino ha hecho en la historia y no solo en el presente,
estropicios con la política.
El avance
de la mujer en todos los ámbitos parece un soplo de aire fresco para oxigenar
los alicaídos estropicios hechos por la cultura política machista.
Este aire
fresco puede convertirse en mal aliento si se supone que el taparle la boca al
otro es signo de coraje y rozamiento, por el contrario, el género femenino si
pone su toque de distinción en la política es por la pertenencia no solo
al género sino a su condición de ser humano.
Su suavidad
y su orden, no pueden ser antojadizos y convertir a la política en una
mediocridad por un estilo de época, donde la mujer actuara a contramano de lo
hecho por los hombres como si el género femenino estuviera fuera del género
humano o fuera uno solo excluyente.
Es
interesante recordar que el género humano tiene dos subgéneros, gracias a
dios, pero los subgéneros no hacen la
diferencia a la pertenencia a ese colectivo llamado “humanidad”.
¿No es un
machista tirano el que a los gritos calla la boca a cualquiera, sean estos
tirios o troyanos?
Estas
reflexiones me vienen al caso por un estilo político practicado por algunas militantes
afines al Kirchnerismo, como (la yo no sé que es’ en términos políticos) María José
Lubertino. Si teníamos que la presencia de la mujer en la política significa un
aporte de aire fresco a los estropicios masculinos, debemos decir que Lubertino
no aporta nada.
Tan ridícula
es su posición que hasta una reflexión como la presente puede llegar a
considerarla de estilo machista. Pero bueno, en el marco del respeto a las
diferencias, también podría ser. Pero solo puede envalentonar sus actitudes a
un perfil especial de mujer que busca revancha y no por el contrario: la
racionalidad política.
La
racionalidad política tiene que partir de la aceptación del hecho que no todo
lo que haga estará bien, ni deberá ser aceptado por todos, ni que en la confrontación
arbitraria del punto de vista, la razón estará del lado del que tapa la boca.
Una gran cantidad de votos no convierten en verdaderas las cosas que dicen los
dirigentes, ni le dan legitimidad a una mentira.
Pero no nos
tiene que asombrar Lubertino, ya que ayer escuchamos un discurso de la
presidenta donde la falta de significado, solo basada en las emociones fingidas
y los deditos levantados retando, no sirven para nada.
Puede que
una mujer se sienta molesta por lo que se escribe en el blog, pero por el
contrario es una defensa a la posibilidad de poner luz a una política solo de
hombres en las que quedan los gobernados por ellos perplejos.
Pero si a
la luz la ensombrecen las cualidades combativas por un mero sentimiento
antimachista, no se convierten en feministas, por el contrario, se convierten
en negadoras del género humano. Ya que el modelo no significa solidaridad con
el género, sino más bien un mero estilo.
Y como conclusión
si el problema pasa por una cuestión de género, hagamos de cuenta y solo como método
similar a la duda cartesiana, que esto fue escrito por un transexual, ya que no
puedo evitar cuando escribo mi condición masculina. Por lo tanto la duda del
genero, por ahí da, como para que se entienda el mensaje.
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