FAHRENHEIT 452

POR UN PUÑADO DE DOLARES

González el director de la biblioteca Nacional sale a decir que esto no es Fahrenheit 451 que narra la historia de una dictadura que quema libros. Esto tendría que ser un Fahrenheit 452 un gobierno que quema dólares y que ataca el centro de la cultura colectiva como es la libertad de acceder a un libro, so pretexto de tintas e impresiones graficas para el empleo condenando a la población a no disponer de lo que en términos de lectura crea posible. Gonzales omite decir:

 1) Que el dilema de impresión en la Argentina puede ser gradual y concertado, no como esta planteado por la cámara que es me gasto un dólar debo asegurar un dólar de ingreso al país.

 2) No toma en cuenta de la edición de libros digitales en internet que se pagan con medios electrónicos. Sobre todo de aquellos libros que no hay edición y que obligarían de fondo a un simple ciudadano que quiere leer abrir una cuenta dólar como si estuviera en el exterior para lograr la transacción. Esta compulsión económica es realmente limitativa de la libertad, porque al individuo no le cabe compensar los términos de intercambio. 

3) Que el estado se ha metido a regular una actividad que tal cual se dice en el tema de las Limitaciones que pone Estados Unidos, el importe no es relevante. Que creen una limitación a las editoriales no tienen que limitar las libertades individuales. 

4) A los autores les quita la posibilidad de que Editoriales de otros países editen sus libros salvo que estos quieran imprimirlos en la Argentina o cambien esta impresión por una compensación un dólar por un dólar. Es decir le cierran a los autores argentinos hacer contratos con Editoriales extranjeras por el solo hecho de no ser impresos en el país.

 El burdo director de la Biblioteca Nacional tiene que salir a explicar por el lado de Carta abierta lo inexplicable, por eso Fahrenheit 452 ya que se dedicaron a quemar dólares y ahora atacan al núcleo de la cultura que es el libro. No tienen vergüenza y un descaro típico de la ignorancia cristinista de hacer lo que se les venga en gana.