LA DESORIENTACION DEL 22- M
El desencanto en los sectores del colectivo que integraron el 22M empieza a diezmar el movimiento. Lo que fue un apoyo solidario del pueblo a los indignados que recibían asistencia desde pedidos efectuados desde sus móviles, como ser agua mineral, mantas, comida, o alguna cosa en especial, se fue diluyendo hasta que la gente se pregunta, cual es el significado ultimo de la protesta, si el que renuncie el gobierno, está siendo renovado por el cambio de la elección del domingo pasado. Los más militantes y comprometidos con la educación universitaria, entienden que no hay sentimientos apolíticos, algunos y otros creen que se pretendía como el caso de Islandia, promover la caída de Gobierno y conseguir un interlocutor valido para negociar la salida a la acuciante situación de falta de empleo a la juventud. Cosa que Islandia hizo. Cuando comenzaron a aparecer videos y spots sobre cómo se llegaba ahí, y arrancaba todo en Aznar y en las políticas de derecha, sobre todo por haber coincidido en el momento en que la derecha, salvo honrosas excepciones, arraso en el electorado español harta del discurso de Rodríguez Zapatero y el ajuste salvaje que hace la izquierda capitalista, al punto que muchos que habían votado al Psoe toda la vida prefirieron darle el privilegio a PP porque entendía mas capaz en ajustes (es una ironía), empezaron a dudar de la generación espontánea del colectivo y restar apoyo. Ayer el desalojo de la Plaza Catalunya se lo vinculo más a un posible triunfo en la Copa del Barcelona y que haya choques en las celebraciones que en levantar la sentada. Pero también se difundía video de Grecia donde se parecía copiar la sentada del 22M de Puerta del Sol con la misma consigna y con una solidaridad a España que sorprendió a muchos de los acampantes. Después en Barcelona empezó a cundir la moda de los indignados de chicas que muy bajándose de sus mini cooper si ponían la insignia y los globos y se iban a manifestar con el iPad.
Conclusión:
Como en las asambleas populares de la argentina del que se vayan todos, había una pulsión en la que estábamos todos de acuerdo, al poco tiempo de marchar, había algunos que además de marchar con el conjunto social tenían unas ideas de cambio muy diferentes respecto del sistema político y estaban bastante bien disfrazados en dichas asambleas. El hastío las fue disolviendo.
Hoy son parte de nuestra historia reciente.
Esperemos que para el bien de España no pueda ser cooptada la verdadera inquietud de futuro de aquellos que llegan con verdadera preocupación por un cambio, por aquellos pescadores de la ira, que desde ya, con la amenaza de despidos y las crisis y el paro la empieza a ver mucho y con gran dosis de miedo en la vida cotidiana de la gente.
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