PARECIA UN GALLO DESPLUMAO, MOSTRANDO AL COMPADREAR, SU CUELLO PICOTEAO.

LA MAFIA DE LOS MIRAQUEMIENTO

La Federal esta cabrera. Que los allanamientos se haya hecho la madrugada que Dilma llegaba a la Argentina y que la suspicacia de los mismos y su hallazgo e información tuviera que ser cubierta por el propio juez Oyarbide dan cuenta que no había mucho que mostrar. Cercano al prejuzgamiento el juez de la causa, hablo de los vínculos de su investigación y los allanamientos y denominando según da el estilo periodístico a los expediente tramitados en su juzgado. No omitió dar el nombre de algún detenido y demás detalles, utilizando un lenguaje popular, en evidente corrimiento del foco de la atención de la jornada.

Dilma que no sabemos mucho que vino a hacer. Suponemos que era una vieja deuda para conocer a las madres y abuelas de plaza de mayo. Y básicamente para conseguir un poco de desarrollo de tecnología nuclear, que es en lo que lo superamos y a Brasil le falta, quedo en segundo plano y que de nosotros obtendría a mas bajo precio.

La primera duda fue esa: La Federal esta cabrera y le quiere quitar protagonismo a Cristina en su encuentro con la Líder Regional de Primer País de América del Sur, Brasil. Pero al llegar a esa conclusión me di cuenta, que en realidad la presencia de Dilma, más su advenimiento al poder, a diferencia de Bachelet, le quitaba todo su protagonismo  como mujer (a Cristina) en los foros internacionales, por conducir un país, realmente y no potencialmente más importante. Dilma maneja un país poderoso. Por lo tanto, no la fue a Esperar al aeropuerto y darle la bienvenida, por el contrario, veni al pie, baja, que te reciba magoya, y luego venite a la rosada, que te voy a saludar.

Como Dilma sabe que el poder no se enseñorea, sino se ejecuta, hizo lo que ese protocolo le mando y logro su objetivo. Ya está. La mujer que gobierna el país más poderoso del hemisferio sur y líder de la región, vino, cumplió y no se humillo, por el contrario, dio prueba de una humildad, propia de los que gozan de un poder del cual no se vanaglorian. Por más que hubiera besos y abrazos, lisonjas y agua mineral para brindar, Dilma gobierna un país. Los gestos de gallos sin plumas en el cogote le importan poco.