12 febrero 2011

MIRAR Y OBSERVAR

FORJANDO UN FUTURO

Detrás de la cautela que existe en el robo a la Facultad de Medicina hay una figura, de la que tenemos un poco de memoria, es concordante con algunas metodologías se repiten de los 70´s. Cuando se habla de material sensible  y que puede ser falsificado un titulo, (no dudamos que se trata de obtener prestigio para alguien), universitarios originarles sin cursar la carrera. Hay antecedentes en lo que fue la conducción de Montoneros en Mar del Plata previo a la Organización como Universidad Nacional en 1975, en la Universidad de Lomas de Zamora que fue en predios de la Universidad Nacional de La Plata  lugar donde se formo la columna VIII, donde el control de la secretaria académica hacia que los “cumpas” lograran su objetivo, sin pasar por el rigor de los exámenes.  No existen pruebas y son delitos prescriptos, no deben ni quedar registros de materias aprobadas de ese periodo, solo el listado final. Peor la pérdida del control del centro de Estudiantes de Medicina y la búsqueda de un principal estudiante ex Presidente del mismo, un radical vinculado al Kirchnerismo y un operativo comando, dan una fuerza operacional que solo es posible en un determinado contexto de militancia que no existe más que en un lugar.
La existencia de grupos de jóvenes habilitados con título universitario le permite a la Presidenta asignar puestos claves en la Administración pública. Ya está visto su interés por la enseñanza superior para los colaboradores. Esto no da el indicio de que la presidenta esté implicada en este asunto, sino que los grupos estén implicados en darles a sus más encumbrados militantes título habilitante, que de otra manera no podrían obtener.  En un país donde reina la anomia y donde la justicia tal cual dice la Politicaonline, se resolvió la prisión del Momo Venegas con un llamado de Zanini al Juez, es de entender que la forma de obtener el título es formal. Además la oficialización de un titulo viene con la firma de las autoridades competentes y el que da fe, es en última instancia el ministro del Interior que convalida las firmas de los funcionarios actuantes. Cosa que hace improbable que las otras instancias, ni se enteren.
Uds. pueden plantear que esto es un deliro. Está bien, puede que les  sea dada la razón, ¿ahora no medirán  que en el país de la “Milanesa para todos”, esto realmente es un absurdo total?



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