NO HAY QUE ESCUCHAR SUS OPCIONES PORQUE DETRAS DE ELLOS HAY MENTIRAS, SOLO MENTIRAS. Y ENCIMA QUIERE QUE POR ELLAS LES DEMOS LAS GRACIAS.
LA COMUNIDAD ORGANIZADA
XIII
SUPERACIÓN DE LA LUCHA DE CLASES POR LA COLABORACIÓN SOCIAL Y LA DIGNIFICACIÓN HUMANA
La lucha de clases no puede ser considerada hoy en ese aspecto que ensombrece toda esperanza de fraternidad humana. En el mundo, sin llegar a soluciones de violencia, gana terreno la persuasión de que la colaboración social y la significación de la humanidad constituyen hechos, no tanto deseables cuanto inexorables. La llamada lucha de clases, como tal, se encuentra en trance de superación. Esto en parte era un hecho presumible. La situación de lucha es inestable, vive de su propio calor, consumiéndose hasta obtener una decisión. Las llamadas clases dirigentes de épocas anteriores no podían sustraerse al hecho poco dudoso de sus crisis. La humanidad tenía que evolucionar forzosamente hacia nuevas convenciones vitales y lo ha hecho. La subsistencia de móviles de violenta inducción ofrece el espectáculo de un avance hacia la descomposición por el desgaste o hacia la adopción de fórmulas estériles. La aspiración de progreso social ni tiene que ver con su bulliciosa explotación proselitista, ni puede producirse rebajando o envileciendo los tipos humanos. La humanidad necesita fe en sus destinos y acción, y posee la clarividencia suficiente para entrever que el tránsito del yo al nosotros, no se opera meteóricamente como un exterminio de las individualidades, sino como una reafirmación de éstas en su función colectiva. El fenómeno, así, es ordenado y lo sitúa en el tiempo una evolución necesaria que tiene más fisonomía de Edad que de Motín. La confirmación hegeliana del yo en la humanidad es, a este respecto, de una aplastante evidencia.
JUAN DOMINGO PERON
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SUPERACIÓN DE LA LUCHA DE CLASES POR LA COLABORACIÓN SOCIAL Y LA DIGNIFICACIÓN HUMANA
La lucha de clases no puede ser considerada hoy en ese aspecto que ensombrece toda esperanza de fraternidad humana. En el mundo, sin llegar a soluciones de violencia, gana terreno la persuasión de que la colaboración social y la significación de la humanidad constituyen hechos, no tanto deseables cuanto inexorables. La llamada lucha de clases, como tal, se encuentra en trance de superación. Esto en parte era un hecho presumible. La situación de lucha es inestable, vive de su propio calor, consumiéndose hasta obtener una decisión. Las llamadas clases dirigentes de épocas anteriores no podían sustraerse al hecho poco dudoso de sus crisis. La humanidad tenía que evolucionar forzosamente hacia nuevas convenciones vitales y lo ha hecho. La subsistencia de móviles de violenta inducción ofrece el espectáculo de un avance hacia la descomposición por el desgaste o hacia la adopción de fórmulas estériles. La aspiración de progreso social ni tiene que ver con su bulliciosa explotación proselitista, ni puede producirse rebajando o envileciendo los tipos humanos. La humanidad necesita fe en sus destinos y acción, y posee la clarividencia suficiente para entrever que el tránsito del yo al nosotros, no se opera meteóricamente como un exterminio de las individualidades, sino como una reafirmación de éstas en su función colectiva. El fenómeno, así, es ordenado y lo sitúa en el tiempo una evolución necesaria que tiene más fisonomía de Edad que de Motín. La confirmación hegeliana del yo en la humanidad es, a este respecto, de una aplastante evidencia.
JUAN DOMINGO PERON
Amigos:
No se intentara hacer un inventario de los aciertos o errores del gobierno. Lo que está bien o está mal que le corresponda a la historia. Supongo que al ver como todos los servicios se terminan convirtiendo para castigo para ciudadano es suficiente. Como el servicio de justicia al que Kunkel, cuyo jefe se recontra caga en la ley, pide a las organizaciones del agro el respeto a ellos como representantes de la legalidad. Nos parece un discurso tan loco, que en realidad, y quizás deberá ser respetada la libertad de conciencia personal. Por eso nadie se detendrá aquí a hacer un panorama agorero de faltantes, crisis mundiales, crisis regionales, gasto público, inflación y todas las amenazas que se ciernen desde los apóstoles de los medios no observados y criticados por La Campora. Lo que se pretende es dejar en claro que no hay iluminados con mandato divino para ejercer el poder del estado. No hay un elegido. El mandamiento dice honrar al padre y a la madre. No hay ningún mandamiento que se haya extendido que diga al padre y a la madre y al presidente del partido justicialista. Él y ella misma pasan también por la teoría del gusto, vieja corriente estética inaugurada durante romanticismo y diríase, para no entrar en detalles, que no nos gustan. Solo para que se nos respete la idiosincrasia y punto de vista. Nos harto la incongruencia de su discurso. Porque aprendimos que lo hacen deliberadamente. Aprendimos también que el corto vuelo de perdiz de Cristina fue la configuración de allanar su camino al Kirchner 2011 o antes quizás si llega a Senador. Y también que lo que debía hacer para consolidar la política como privilegio era demoler la propia política. Lo consiguió en la división abstracta del mundo en bipolar. Ud. es tirio o troyano. Pero jamás se le ocurra ser inteligente. Pies en el plato o nada. No importa que haya en cada plato, no saque los pies del plato. Si los saca será condenado al mundo de la billetera sin plata, algo así como el infierno tan temido. Esto viene a cuento porque es evidente que ante las arbitrariedades que comente, las falacias con que construye su universo político, siga y siga sin que un polo opositor haya conseguido vigencia. Lo corta, lo coarta, lo coopta, o lo hace tirio o troyano. Es evidente, que no tiene grandeza para construir un gran país, ni para hacer de este país una república bananera alcahueta de Chávez que ni con Sidorc nos respeta, sino que tiene la viveza de enredar a los argentinos con las falacias y argumentaciones de dominar un escenario en el que su gobierno o el de su esposa es el hablador, lo oyente y lo hablado. Ahora si Ud. tiene algo importante para decir o hacer, mejor que se vaya, aquí no tiene lugar.
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