20 abril 2010

PODERES PARA NO LLEGAR

CUANDO EL PODER ES FIGURAR, PERO NO PERMITE HACER: MATA
Cuando buscaba ser candidato a Gobernador Luisito Macaya tenía bajo perfil. Con un abogado ligado al mercado de 3 de Febrero que resistía al Cierre de los Mercados Periféricos por la Apertura del Central y que estaba por su militancia y no por su profesión vinculado a él, vivía a fondo compenetrado con la inteción de llevarlo a ser el candidato a Vicegobernador a Macaya. Un día nos cruzamos en el Subte. Me dice preocupado, de como a pesar de su carisma era dejado de lado de las actividades oficiales del la renovación y el partido. A la vez, me preguntaba si tenía oportunidad de hacer cosas como para lucimiento personal de su fervor militante. Yo por aquel entonces estaba trabajando con el grupo de Cooperativas del Descarga del Mercado Central, por lo que automáticamente y pese a las divisiones entre radicales y peronistas, por ser un periodo de transiciones, y luego de hablar con los muchachos todos aceptaron en recibirlo en las naves una por una. Macaya fue al Mercado Central y tuvo su día de gloria con los muchachos, se juntaba en cada nave a hablar con las changas y los changas libres y hacía gala de su pertenencia al movimiento nacional. A casi veinte años de su muerte Luis Macaya había comenzado un armado en la trama de la política que no le dejaría alternativas a la Renovación Peronista y más a Cafiero que optar como compañero de fórmula por el recordado Luisito. Pero también Duhalde debió esperar y muchos otros. Este armado de poder y la ausencia de construcción política tiene que ver con el desánimo de aquellos que veíamos luego a Macaya recorrer la provincia más llevando ganas que soluciones, fervor militante, más las esperanzas que como movimiento nacional llevamos en el discurso casi como juramento. Con Balestrini, debemos pensar que no por casualidad empezó también en la Matanza. Los que llevamos el evangelio peronista desde la primera apertura de los Depósitos de Hortalizas pesadas que inauguraran los Militares y cuya figura visible fuera el “gordo” Siguat, el hermano del que fuera Ministro de Economía (el que apuesta al dólar pierde), y peleamos contra las pseudo cooperativas creadas con ex camarilleros de los empresas del puerto. Con la Ampliación definitiva al cierre del Central con Frutas y Verduras, cuando Campero y el antisindicalista Polino hizo desde la Secretaria de Acción Cooperativa un modelo de trabajo anárquico para cagar la sindicalización (hasta hoy y por una cadena de favores sigue la gente en negro que termina en Guillermo Moreno) y organización laboral para los peones, los peronistas estabamos ahí, para dar batalla y pelear por nuestras concepciones más acérrimas de justicia social. Soportamos la ley de renovación Sindical. Les impusimos la sindicalización al Programa PAN de Alfonsín y al hermano del presidente, Sindicalizamos el reparto de las cajas, que era todo un engendro cuyo fin podría ser noble pero como organización del trabajo era terrible y clientelar. Pero disuelto el PAN la mera actividad de Descarga y Carga del Mercado Central sufrio el golpe mortal cuando el amigo Cavallo desregulo la actividad. Ahí y con cierto peso Balestrini piso fuerte en ese gran centro de alimentos perecederos, cuando el país se desangraba por un plato de comida. En un ente interestadual como el Central, Balestrini pedía tener gente de la Matanza sentada en el directorio, no por pedido de él, sino porque se le reconociera a la Matanza jurisdicción en el Mercado con competencia. Ya que no podía ni cobrar impuestos en su territorio, aunque si ver la masa de gente que como zombis pasaba todos los días a ver si podía de los contenedores llevarse la esperanza de algún alimento fresco de los desperdicios y callados.
Cerro la campaña de Néstor Kirchner y Cristina en ese el Predio, en el mismo predio donde el Papa Pablo II les dio una Misa a todos los trabajadores integrantes del mercado en una de sus visitas y dejo en la entrada como donación una capilla para resar.
Tanto para Macaya como para Balestrini el Central y la Matanza fueron parte de la construcción política de su vida. Y también de su desesperanza, aislamiento, impotencia y sacrificio.
Parece ser que ser vicegobernador en la provincia de Buenos Aires, debe ser considerado TRABAJO INSALUBRE.





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