LOS DEMOCRATAS REVOLUCINARIOS DEL SIGLO PASADO SIGUEN PARA EL ORTO
El paro de los trabajadores del subte tiene como objeto entre otros puntos poner de rehenes a los usuarios para que la justicia no procese a los trabajadores por atentar contra un servicio público. Los muchachos de subte han tomado como cosa suya el tema de la organización sindical, y la ideología como un me cago en vos sin solución de continuidad. Le preguntaría ahora yo que es lo que sugiere el amigo, que en el análisis que alternativas sugiere para la construcción de un sindicalismo que provoque los cambios que reclame y que esos cambios sean acordes con el sentido común de una democracia moderna, sin llegar a la violencia tan solo a los trabajadores, sino a los recipiendarios de las consecuencias de los paros. Porque es salvaje el paro del campo y el reclamo de que un Trabajador que pide la inscripción de un gremio puede para el gigante urbano con los subterráneos y eso es justicia social, cuando hay delegados, hay aumentos salariales, y hay respeto a la dignidad del trabajador. Solo que por un problema ideológico y personal, se les ha metido en la cabeza que no quieren pertenecer a UTA y ese concepto de la libertad individual, puede comprometer la libertad individual del resto de los ciudadanos como si el bien social del servicio público pueda ser patrimonio de protesta. Como si lo fuera el servicio médico. Como si cualquiera pudiera sustraerse a la justicia y no comparecer. Lo interesante seria tener un accidente de tránsito, para a hacer una suposición, y si uno fuera médico, y en la guardia se resisten a atender a la víctima si no firman los familiares que el médico que lo atropello no es culpable, y además si no firman todos los médicos del país se declaran en huelga por si los familiares denuncian abandono de persona. Yo llevo a un caso extremo. Porque vemos como Galeano lleva a Lemus a juicio por no mandar ambulancias a una Villa en la CABA que no sabemos si son los conductores o los médicos que no pueden entrar y en cadena jerárquica es Lemus el que tiene que aceptar el problema. Pero Lemus no puede parar los subtes. Ahora sí, los muchachos de Subte pueden parar los subtes, por lo tanto como procesan a uno. Paran los subtes. Por lo tanto a cagar el resto de los usuarios del servicio público. Dan pena, damos pena, y da pena el discurso de la libertad sindical y de un gobierno que juega a dos puntas y se aprieta un huevo en esa morsa.
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