Gobernar sobre las ruinas.
Reflexiones sobre el articulo de Van de Kooy hoy en el Diario Clarín.
Si todo lo dicho por el eximio periodista del Grupo Clarín fuera cierto, lo cual no me caben dudas de su veracidad, lo que tenemos es un poder que se construye sobre la hecatombe. No la ciudad que repara los estragos de Katrina, sino como si se construyera otra con los restos de lo que dejo a su paso el Katrina. Entonces, lo que viene, aun siendo mágico el triunfo de Néstor es peor. El tiempismo político, las alianzas invalidas de la oposición, la falta de incumbencia de la juventud en la política, no hacen del Néstor un caudillo relevante, lo hacen lo peor estructurado de lo peor. Lo cual no es una joya, por cierto. No brilla como algo valioso, sino como un verdadero desvalor. Nada nos puede hacer olvidar de las cosas que nos hizo vivir, salvo la necesidad light de los argentinos de seguir adelante, los duros cinco años del conyugio aciago serán recordados como más duros que el menemato, aunque menos sangrientos que el delaruato. Las mentiras, el uso de los derechos humanos para sus fines económicos personales políticos, su incongruencia como eje de la traición o la no traición de los hombres. La falta de energía en el crecimiento, la falta de salud durante Ginés Gonzales García, la mentira de los genéricos para terminar en una frenética importación y posterior exportación de efedrina a México, la expropiación del Francés, la discusión de la paritaria docente, con quien no se debe que termino con la muerte del Docente Fuentealba, los maestros de Santa Cruz, Sancho, Varizat, D´Elia y la causa de la AMIA defendiendo a Irán, cuando la justicia pedía la extradición, justificando al revés de cómo hoy piden la presencia de Antonini Wilson. Skanka, El tren Bala, Aerolíneas, la destrucción del la producción del campo, (porque ya no importan las retenciones), la ausencia de radarización en los aeropuertos y en el territorio, y las promesas de hacerlo. La risa de la falta del Plan B y nosotros no teníamos plan para agarrarnos en la baja del salario que se nos viene por falta de competitividad producto de la recesión mundial. La falta de dar el 82 por ciento móvil para seguir dando jubilaciones a quienes no contribuyen a sistema del mismo fondo. No creando un fondo especial, aunque sí de ese fondo para seguir regalando de él. Usando la plata del PAMI, que es de los Activos para darles una bonificación del sueldo a los pasivos, como una conquista del Gobierno cuando es un Organismo descentralizado. Luchando Ocaña con Capaciolli para repartir los fondos de las obras sociales sindicales cuando los fondos recaudados son de las Convenciones Colectivas de Trabajo y puestos en la AFIP por Domingo Cavallo, como si fueran del gobierno. No pudieron resolver en cinco años los documentos de identidad, y tantas cosas que se necesitan solamente voluntad, que no sea y por no defenderlo, romperle las pelotas a Macri, que maneja un engendro político, que no es provincia, pero es estado, pero no tiene policía y cuyos espacios verdes son limitados. Y los asentamientos urbanos que están en su ejido son de propiedad del Estado Nacional y concesionados, toda una locura. Por esto luego del Tsunami Kirchnerista la argentina se reconstruye de desechos. El operativo Clamor sería crear algo diferente y que nos dejen, no que Kirchner juegue al silencio, sino permitiendo que este asesino de voluntades haga que el resto no fracase.
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