08 enero 2007

¿PERDONAR EL PASADO O LA ESTUPIDEZ DE CONDUCIR EL PRESENTE?

TANTO NOS QUEJAMOS DE LA TEMPLANZA A LA HORA DE JUICIO DE LAS PERSONAS QUE LA CAPACIDAD DE PERDONAR LA PODEMOS LLAMAR ERROR.




Lunes 8 de enero de 2007
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Marcha atrás de Benedicto XVI
Renunció un polémico obispo

Stanislaw Wielgus confesó que había sido agente comunista y que el Papa lo sabía

ROMA.- Para corregir una decisión riesgosa y en lo que se considera un terremoto para la Iglesia Católica polaca, Benedicto XVI aceptó ayer la renuncia del arzobispo de Varsovia, Stanislaw Wielgus.

Este prelado, que debía asumir ayer su cargo en la catedral de Varsovia, se vio obligado a dimitir, envuelto en un escándalo gigantesco, luego de haber confesado el viernes último que había sido espía de la policía secreta del viejo régimen comunista y que Joseph Ratzinger conocía su turbulento pasado.

Monseñor Wielgus, de 67 años, había sido designado por Benedicto XVI el 6 de diciembre pasado para suceder al cardenal Jozef Glemp -como Juan Pablo II, famoso por sus batallas en contra del régimen comunista-, al frente de la diócesis de la capital polaca.

Su nombramiento por parte del Santo Padre comenzó a levantar polvareda el 19 de diciembre, cuando salió a la luz en el semanario de derecha Gazeta Polska que Wielgus había colaborado durante 20 años con los servicios secretos polacos del régimen comunista. Pese a que el prelado en principio desmintió todo, la información fue ratificada el viernes por el historiador Andrzej Paczkowski, que lidera una comisión que investiga el turbio pasado de miles de polacos, y por el propio Wielgus.

En una carta a los fieles en la que pidió perdón, el arzobispo admitió que, bajo amenazas, en 1978 había firmado una carta en la que se comprometía a colaborar con el régimen comunista. "Acepté para poder continuar mi trabajo científico por el bien de la Iglesia", dijo Wielgus, y añadió que, a cambio, le habían dado un pasaporte para hacer un viaje de estudios a Alemania.

Al margen de asegurar que "nunca" había denunciado a nadie ni grabado conversaciones", Wielgus, que utilizaba los nombres en clave de "Adam" y "Grey", afirmó en su "mea culpa" que antes de su designación había puesto al tanto de su pasado al Papa y a dicasterios competentes.

La Santa Sede, de hecho, había salido en defensa del "arzobispo espía" tanto el 21 de diciembre último como anteayer: afirmó, en una declaración, que "al decidir el nombramiento" de Wielgus habían sido analizadas "todas las circunstancias de su vida" y que el Papa lo había elegido "en plena conciencia".

Pero en los últimos días la situación se precipitó y el Vaticano debió dar marcha atrás. Presionado por la opinión pública polaca, conmocionada por la confesión de este sacerdote que fue rector de la Universidad Católica de Lublín, así como por el gobierno de derecha polaco, Wielgus se vio obligado a dimitir, ante el estupor de los fieles reunidos en la catedral de San Juan Bautista, en Varsovia.

Un paso en falso

En una repentina marcha atrás que habla a las claras de un nuevo paso en falso del Vaticano, Benedicto XVI aceptó su renuncia de inmediato.

"No se entiende el error: evidentemente fallaron el filtro de la nunciatura polaca, el filtro de la Congregación de los Obispos y el de la Secretaría de Estado", dijo a LA NACION una fuente informada, que definió bromeando esta "nueva metida de pata" de Benedicto XVI como un "Ratisbona II".

"La nunciatura polaca -dijo una nota vaticana- comunicó que monseñor Wielgus, arzobispo de Varsovia, en el día en el cual era previsto su ingreso en la basílica catedral para dar inicio a su ministerio pastoral en la Iglesia de la capital polaca, ha presentado al Papa su dimisión".

Joseph Ratzinger "aceptó la renuncia" y nombró a Glemp administrador diocesano de Varsovia "hasta nueva medida", agregó la nota.

Según fuentes de prensa polacas, el presidente Lech Kaczynski habría intervenido personalmente en el asunto, llamando incluso por teléfono al Papa. Benedicto XVI había viajado en mayo pasado a Polonia, la tierra de su predecesor, para homenajear a su figura y para aplacar las tensiones existentes en la Iglesia local, dividida entre sectores muy nacionalistas, ligados al gobiernos, y sectores más moderados.

"El comportamiento de monseñor Wielgus en los años del régimen comunista ha comprometido gravemente su autoridad. Por lo tanto, pese a su humilde y conmovedor pedido de perdón, la renuncia a la sede de Varsovia y la pronta aceptación de parte del Santo Padre aparece como una solución adecuada para hacer frente a la situación de desorientación que se creó en esa nación", dijo el padre Federico Lombardi, director de la sala de prensa del Vaticano.

Por Elisabetta Piqué
Corresponsal en Italia


LA IGLESIA CATOLICA APOSTOLICA ROMANA, NO ES SOLAMENTE POLITICA, HAY CONVICCIONES INTIMAS Y ACTUAN RAZONES DE FE. EN EL REINO DEL HOMMO POLITICUS, NO.

1 comentario:

Marta Salazar dijo...

Hola! Viste mi artículo al respecto en Planisferio? A ver qué te parece?