18 enero 2008

EL SUR ES AMARGO (LEOPOLDO MARECHAL)

EL TREN BALA
Tengo el corazón mirando al sur, no hay nada que hacerle, vengo de la Patagónia, de las vísceras del viento y del tormento del bienestar y el malestar de un país marginal. Macrocéfalo en un punto y indescifrable en la distribución de su riqueza. Al cruzar Bahía Blanca, me asombre de la cantidad de camiones que había para transportar el grano a la ribera del mar y embarcarlo a su destino. Asombro, si porque es inimaginable los semis puestos en playas para descargar. Como contrapartida una terrible y antojadiza perturbación, las vías del ferrocarril muertas insistiendo como una alternativa, pero totalmente extinguida. Al sur, aquellas humildes pero cómodas chacras de IDEVI, hechas para radicar a campesinos bajo riego sobre cuadros de 15 o 20 hectáreas del generoso deshielo andino del Río Negro, ocupadas por los hermanos Bolivianos, haciendo ellos toda variedad hortícola y frutícola, ofreciéndolas en una feria en Viedma en Pleno Centro haciendo competencia de precios. Hermosas 4x4 y casas de aborígenes clavadas en corteza de árboles en Carmen de Patagones. Autos de última Generación y sin nafta o Gas Oil en el último lugar de la Pampa Húmeda donde se cosecha trigo. Todo va bien para una pequeña cantidad de personas y algunos que se pueden plegar a ese beneficio, mientras los precios, lejos de la civilización central (Guillermo Moreno), se deslizan como nada sin control. La única estación de Servicio que vendía la nafta a precios oficiales era la del Automóvil Club Argentino sobre la Ruta tres de Viedma, eso, si, no tenia. Por las largas y casi luminosos umbrales de la medianoche Patagónica el hartazgo se nota entre el buen talante de un buen ambiente. También allá, con calma circundante hay cosas que no se entienden.

2 comentarios:

MM dijo...

Excelente relato. Impecable.

Saludos!

Rafa dijo...

Hard: espero andar por esos mismos lugares en unos días. No creo que me atreva a agregar nada a lo tuyo, una pinturita.

Un abrazo.