21 enero 2008

BASES PARA UNA ECONOMIA NACIONAL Y POPULAR


EL FOMENTO DE LA INDUSTRIA PROPIA EN DETRIMENTO DE LA AJENA. DE LOS FONDOS BUITRES A LOS ESPEJITOS DE COLORES. VOLVER AL FUTURO.

Los números, los números que le encantan a Néstor y a Cristina o a Cristina y Néstor, ese monstruo bicéfalo de la política, muestra a las claras como hay que ser para ser progresista sobre la base del crecimiento sostenido de una economía bo-lúdica en el país del me la llevo toda. Miami en Buenos Aires. Lo lamentable que con los deleznables sistemas Maria del Mingo y el turquito patilludo los malditos números son apenas un barrunto de que en una economía nacional y popular, el populacho siempre tira a lo mejor, solo quiere Audi, Mercedes Bens, Teléfonos Celulares de Tercera Generación, Camiones para mover la cosecha, ya que el Ferrocarril que supimos consecionar en el infierno del mismo turquito lo matamos bajo el imperio de Moyano de De Vido, esta señora del Subsidio, computadoras clones para tener mas cybers, cámaras digitales, equipos de aire acondicionado que ponen en jaque el frágil sistema energético de país. Neumáticos sofisticados para que puedan andar a más de los límites permitidos en las rutas y se maten, mermeladas de Alemania, pepinos polacos para que Moreno rompa la estacionalidad del valor de los mimos, y pistacho Iraní para intercambiarlo por los asesinos ideológicos de la Amia. En suma, todo un proyecto nacional para salir de la pobreza, los números dan, son un primor. Lo que no caben dudas que al país le va mejor. Pero aquí no ha estado el control atento del estado, cuando dejamos de ser por acompañar el apetito suntuario de una conjunto de nuevos emprendedores del bienestar. La industria del auto, además se hace banca en un país donde hay sobredemanda y fijan condiciones. Comprar en Brasil los autos que son MERCOSUR parece ser un buen argumento para joder al prójimo, las fabricas no dan con esta demanda, la entrega difiere del día del pago, el pago es cuando la unidad llega a puerto, la entrega es cuando la unidad esta patentada, la entrega a puerto es unos quince días después de confirmado el despacho, el despacho es una vez por mes por modelo y después de ahí, aduana y tramites unos dos meses en total, salvo que se caiga alguna operación, pero el precio no se si es el tuyo, ya que no se que configuración es la que me pidió el que se le cayo,(casi siempre es de uno mas caro). Y la entrega no es inmediata es a un mes. Pero pagame el auto mañana porque si no tengo que avisar de que se cayo esta operación. Yo pensaba que suerte tengo!!!!!! Justo a mi entre tantos que estamos aquí se me da, justo tengo una oportunidad, que bueno el vendedor, le voy a dejar una comisión, por ser bueno conmigo. Estos señores son los que van a Alemania con Cris, los que le besan la mano, no es para menos. Venden lo que no tienen, lo que no fabricaron aun, que diferencia hay entre estos y Ahorra Grande Aurora Grunding. La pobreza crece, a los que le va bien, los que sacan granos a lo pavote con camiones también, los que dejan que se caiga el ferrocarril, y habrá que hacer un tren bala blanco para los cartoneros, sin ventanas y sin nada también. No vamos a criminalizar el viaje en tren bala, no?. Solo se que en este mes y días de gobierno, los mas castigados en el arte de gobernar han sido Scioli, Capitanich y Macri. No son todos de derecha. Son todos potenciales emergentes. A lo lejos Néstor canta los muchachos pirronistas frente al espejo no vaya a ser que cuando asuma no se acuerde de la letra completa.

La marcha de la economía: bate récords el intercambio comercial
Se importó 43% más que en el mejor año de la convertibilidad
En 2007 se alcanzó un máximo de US$ 44.780 millones; crece la compra de bienes intermedios

Volvieron las Pringles a los quioscos. El Audi A4, el BMW 300 Series y el Mercedes-Benz Clase C figuran entre los 50 autos más vendidos de la Argentina, un ranking que encabeza el brasileño Volkswagen Gol. Teléfonos celulares, camiones, computadoras, cámaras fotográficas, equipos de aire acondicionado. Neumáticos Michelin o Hankook. Mermelada alemana, pepinos polacos o pistacho iraní. La Argentina ha vuelto a importar. Y lo hace en mayores cantidades que en los 90. En 2007 se importaron bienes por US$ 44.780 millones, con lo que se superó en un 31% el récord de 2006, que a su vez había sido el primer año en que se batía el pico de 1998 (US$ 31.377 millones). Es decir que las compras externas del año pasado fueron un 42,7% superiores a las de 1998. "Las importaciones que generan conflictos son las de bienes de consumo", aclara el director de la Aduana, Ricardo Echegaray, a LA NACION. "Nosotros utilizamos disparadores de control dentro de lo que permiten las leyes locales e internacionales. Aplicamos desde 2005 un sistema de valores criterio [precios mínimos para las importaciones]. En agosto se tomaron medidas contra los países con los que no tenemos acuerdos entre aduanas, que no validan los precios, como China, Corea del Sur y Taiwan. Detectamos subfacturaciones en casi todos los bienes de consumo, pero en los últimos dos años la mayoría se ajustó a los valores criterio." Pero en la economía de la posconvertibilidad ya no se importa de la misma manera que antes. Hace diez años, la adquisición de bienes intermedios (insumos para la producción) representaba el 31,9% del total de importaciones. En 2007 fue el 36%, lo que demuestra que el tipo de cambio alto alienta la terminación de productos en la Argentina. "Nosotros abastecemos a la industria alimentaria y el año pasado importamos 20 por ciento más que en 2006", contó el socio de Trading Argentina y prosecretario de la Cámara de Importadores, Alejandro Jausoro. Trading trae del extranjero frutos secos, entre otros productos, y su principal cliente es el sector chocolatero, que a su vez abastece sobre todo al mercado interno. "Casi no tenemos competencia de la producción interna porque acá no se consigue la cantidad ni la calidad de lo que importamos", aprecia Jausoro. Hasta 1999, la empresa importaba también alimentos terminados, concretamente palmitos, pero la menor oferta internacional elevó su precio a valores demasiado caros para los consumidores argentinos. La importación de maquinaria pasó del 27,1 por ciento del total en 1998 al 24 por ciento el año pasado. Además, este rubro incluye la cada vez mayor llegada de teléfonos celulares, que en el caso de los de uso personal no agregan valor a la producción. En términos absolutos, hubo que esperar hasta 2007 para que las compras de bienes de capital superaran el récord de 1998: llegaron a 10.759 millones de dólares, frente a los 8499 millones de hace diez años. Sin embargo, la compra de piezas y accesorios para maquinarias era el 17,6 por ciento de las importaciones en 1998, y ahora sigue en el mismo nivel. Uno de los mayores cambios en la composición de la canasta importada es la presencia de bienes de consumo, es decir, los que se notan sobre todo en las góndolas de supermercados, las tiendas de ropa y las casas de electrodomésticos. Pasaron de suponer el 15,4 por ciento en 1998 a sólo el 11 por ciento en 2007, lo que vuelve a evidenciar la acción del peso devaluado y de otras barreras que aplicó el gobierno de Néstor Kirchner para proteger industrias consideradas sensibles, como las del calzado, la textil, la del juguete o la de cocinas, televisores, lavarropas y heladeras. "Estamos importando juguetes, artículos de camping y de bazar y muebles. No mucho textil, por el dólar y las barreras", relata Federico Braun, dueño de la cadena de supermercados La Anónima y Best. "Con la mejora del poder adquisitivo, la gente compra más importado", concluye. Las importaciones de bienes de consumo del año pasado batieron el máximo histórico de diez años atrás. Alcanzaron los US$ 5147 millones, apenas por encima de los 4833 millones de 1998. Por último, están los autos y la energía. En 1998, los vehículos representaban el 5,2% del total, y los productos energéticos, el 2,7%. Diez años después, el resultado es un 6% de autos y otro tanto de combustibles. La duplicación de las importaciones energéticas refleja la profundidad de la escasez de gas, electricidad, gasoil y fueloil. El top ten Entre los 100 productos más importados en 2007, según un relevamiento que la Aduana elaboró especialmente para LA NACION, figuran los autos en segundo lugar. En el top ten de los vehículos más vendidos en la Argentina aparecen varios que se fabrican en Brasil: el Gol, los Ford Fiesta y EcoSport, el Fiat Palio y el Volkswagen Fox. Otros artículos muy importados son los abonos para el campo, medicamentos, tractores, productos químicos, hierro, insecticidas, fungicidas y herbicidas, topadoras, grupos electrógenos, motos, televisores, cosechadoras, heladeras, papel y cartón, sueros y vacunas, impresoras, motores, artículos de grifería, estéreos, transformadores eléctricos, colectivos, calefactores, cables, calzado, CD vírgenes, instrumental médico, asientos, chasis, laminados de acero inoxidable, calentadores eléctricos de agua, lámparas, ascensores, tornillos y tuercas, cobre refinado, hilados sintéticos, lavavajillas, envases de plástico, aparatos para ortopedia, juguetes y libros. La Argentina, en suma, ha vuelto a importar. Por Alejandro Rebossio De la Redacción de LA NACION

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