El portero de Linaje, Víctor Santamaría, cuyo único merecimiento para estar en ese gremio es ser el hijo de Pepe Santamaría, un histórico del sindicalismo peronista y ejemplo de los trabajadores, pone a las claras, que los hijos, a veces no heredan las virtudes de sus padres. Pepe no es botón ni alcahuete. Pepe construyo su gremio peleándolo desde abajo y contra el poder, no aliado con el poder. Víctor, por el contrario, hombre mal entretenido, y con algunas agachadas, le vino de anillo al dedo a compañero Alberto Fernández para formar un frente Gremial en la Capital, donde los gremios de industria son pocos, y Comercio, Sanidad, Bancarios y Seguros, le son reacios. Víctor se planto como el estandarte Albertista, chupamedias absoluto e inevitable de toda media cercana tirada por Alberto o cualquier adlátere del jefe. Así un Comisario del Pueblo como Moreno. Que pretende desde el estado, hacerle el laburo a Edesur y Edenor, empresas privadas, para lo cual no tiene mejor idea que sean los propios Porteros de los edificios los que deban denunciar, digamos declarar, los aires acondicionados, que cuenta cada consorsista en su departamento. Es decir el Comisario del Pueblo Moreno vía el Comisario del Pueblo Víctor Santa Maria le pide a la tropa compañera del Gremio de los porteros que le digan cuanto potencialmente tienen de capacidad instalada de consumo los edificios en Capital Federal, vía los trabajadores pagados por los mismos denunciados. Pero hay que ser pelotudo. Hasta esta prohibido en la ley de Contrato de Trabajo. No se le puede permitir ni ha un funcionario del gobierno, ni a un dirigente gremial, que se le ocurra semejante pelotudez. Porque el empleador de ese laburante no es ni Moreno ni Santamaría, ni la misma administración, que es la representante del grupo, sino de cada uno de los integrantes de las unidades funcionales que componen el edificio. No se puede ser tan alcahuete, estos tipos desayunan bigornias con dulce de leche y Café con Mercurio para digestivo.
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