¿Donde va Barrionuevo?
Barrionuevo para cualquiera, carga la ilustrisima perspectiva de identificar a una generación de dirigentes gremiales que, nos guste o no nos guste, superando el tercio gremial de las 62 Organizaciones Peronistas, ha buscado la legitimación en el voto popular como una ratificación, por encima del sufragio en sus propios afiliados. Esta característica, revulsiva de su persona, lo hace en relación a su entorno, un dirigente de avanzada. Combatido, odiado, amado, valorado, Barrionuevo siempre mostró la cara más extravagante de un sindicalismo peronista que en busca de su destino. Así fue desde el colapso que significo la muerte de su Líder el General Perón. Apoyaba la política, pero intentaba calificar por si mismo en el poder. Buenas luchas le costo y a los que identificaron sus intenciones, complejas dificultades interpusieron en su camino a las metas electorales que se fijara. Aun así sobrevivió a todas estas vicisitudes. Ahora Luisito intenta lanzar a Duhalde como antagonista de Kichner. En realidad si quiere mover a la horchata para ver si puede darle batalla a la rata, me desorienta con un bandejazo en la nuca que me atribula. El cabezón puede reagrupar, tocar pito, sumar, y deslindar, pero es el inventor de este golem y creo que de fondo, humillado y todo, se siente contento con su criatura, sino ya lo hubiera mandado a freír churros.
Barrionuevo para cualquiera, carga la ilustrisima perspectiva de identificar a una generación de dirigentes gremiales que, nos guste o no nos guste, superando el tercio gremial de las 62 Organizaciones Peronistas, ha buscado la legitimación en el voto popular como una ratificación, por encima del sufragio en sus propios afiliados. Esta característica, revulsiva de su persona, lo hace en relación a su entorno, un dirigente de avanzada. Combatido, odiado, amado, valorado, Barrionuevo siempre mostró la cara más extravagante de un sindicalismo peronista que en busca de su destino. Así fue desde el colapso que significo la muerte de su Líder el General Perón. Apoyaba la política, pero intentaba calificar por si mismo en el poder. Buenas luchas le costo y a los que identificaron sus intenciones, complejas dificultades interpusieron en su camino a las metas electorales que se fijara. Aun así sobrevivió a todas estas vicisitudes. Ahora Luisito intenta lanzar a Duhalde como antagonista de Kichner. En realidad si quiere mover a la horchata para ver si puede darle batalla a la rata, me desorienta con un bandejazo en la nuca que me atribula. El cabezón puede reagrupar, tocar pito, sumar, y deslindar, pero es el inventor de este golem y creo que de fondo, humillado y todo, se siente contento con su criatura, sino ya lo hubiera mandado a freír churros.
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