30 septiembre 2012

EL ADN PLATENSE


LA MATANZA

El defensor extraoficial de Cristina desde Pagina 12 se desvivió en juntar memoria del al pedo del al pedo. Así que remedando al piloto francés tan caro a nuestros libros de cabecera falsificare con fines ilustrativos.

     “La mentira es invisible a los distraídos….”  (Cita original “lo esencial es invisible a los ojos”)

A esta altura del debate y aun suponiendo las exageraciones de los denigradores de ella, nadie es distraído, y mucho menos necesita un rosario de palabras para explicar lo que no vimos por TV. Que actuó con la sensibilidad de una mujer con desprecio a la pertenencia. Una verdadera Señora de Barrio Norte.

Comparto con la presidenta ser un platense nacido y criado, comparto la misma generación también y estudiamos en el mismo ámbito de la casa de estudios de la Universidad Nacional y me refiero a una La Plata europea, de clase media por ser una capital donde la composición social eran Docentes, empleados públicos y funcionarios. Donde el desarrollo industrial había quedado en Berisso y Ensenada y la hermosa ciudad discernía entre tranvías, diagonales, plazas y grandes bulevares de una ciudad donde su traza por voluntad del creador estaba mirando a la Torre Eiffel. Una ciudad donde solo había una atmosfera marginal en los alrededores de la Estación de trenes, donde estaba la Querencia, el Cine Roca, el único cabaret de La Plata, la famosa confitería el Rayo, la Farmacia Gatti, y la pizzería del Griego Jarjalis que hizo empanadas con el picadillo del cuerpo de la persona que asesino. Donde estaba los Baskos para comer empanadas fritas, donde estaba Lotería Luisito, donde estaba el Iruña, la peluquería de Panchito Belardi y el hipódromo, que cuando había reunión traían en Mateo la gente por la calle 43 y volvian vacios por la Avenida 44, que llegaba en el Expreso Buenos Aires a Plaza Italia hasta 1 y 115 donde estaba la "Churrasquita"

Por otro lado, estaban el Cine Paris, la Confitería Paris y La Perla, el Cine Mayo y el Astor, la Galería Rocha, la Confitería Cabildo y la Confitería el Parlamento, frente a la cámara de diputados y senadores. El paseo de bosque con su Zoo, el museo, el  Teatro de Lago,  de ambiente que nos hacia imaginar a los Campos Elíseos, el parque Saavedra, con su pequeño lago y su glorieta de pérgolas. Una ciudad, verdaderamente rodeada de edificios históricos y de arquitectura majestuosa, como el rectorado de la misma universidad donde estaban Derecho y Humanidades presididos por un bronce de un Joaquín V. Gonzalez sentado.

Fuimos los chicos de la generación de aburridos que re encanto la clase media con el peronismo, éramos los que íbamos a los bailes del Jockey Club, de Universitario de la Plata en Gonnet, donde las chicas soñaban con la fiesta de 15 en el Jockey. O aquellos que corridos del Jockey en la época de Perón hicieron el club “El Circulo”. Que jugamos al rugby en La Plata o Los Tilos. Fuera de todo credo y religion el domingo a la Mañana esperamos a la salida de misa de once en San Ponciano a las chicas como uno. Los que íbamos al baile del Aniversario de la Ciudad en la Pelousse de hipódromo. Los que fueron al Colegio Misericordia si era mujeres o al San Luis si eran varones, o al Sagrado Corazón, o al San José, o a la escuela primaria llamada Anexa de la Universidad Nacional o al Colegio Nacional o al Colegio Industrial Álvarez Thomas, o a la escuela de Comercio, al Mary O ‘Graham si querían ser docentes, o al Liceo Víctor Mercante también dependiente de la Universidad. Y donde no había Universidades Privadas y solo el cura Malchiodi estaba intentando hacer algo ya que Monseñor Derisi había dejado Humanidades en 1965 para hacer la Universidad Católica.

Venimos de una ciudad Culta y aun siendo de inmigrantes y trabajadores se respiraba la superioridad de nuestro vínculo con la lo europeo y lo masónico.

Describo todo eso, porque paso a ser nuestro ADN cultural, esto es lo que se le filtro a la presidenta en Harvard.

 Esto no lo conto Vertbisky.






1 comentario:

YukioM dijo...

Te referís a Barrio Norte de la misma forma que los neocamporistas de utilería y cuentas afuera lo hacen (mientras se desviven por vivir en él). Cuidado, porque de tanto mirar el pozo el pozo comienza a mirarlo a uno.


Yukio