29 septiembre 2012

EL RELATO EXHAUSTO

CAMINO FIRME A LAS CONTRADICCIONES


Los dichos de Lubertino y Barone van mostrando los confines del relato como fuego artificial. Escribía hace unos años en este blog que la batalla final es por el significado. Se puede decir que nos va  ganando lo insignificante en un gobierno que se ha puesto a hacer nominalismo como manera más absurda de negar la realidad.
En argentina no hay cepo al dólar. No le gusta la palabra cepo, porque tiene un sonido parecido a Clarín, será restricciones, restablecimiento de un orden económico, la que sea, pero la no existencia de un “cepo” al dólar hace que los demás creamos que no tenemos restricciones al acceso del dólar.
En tren de argumentar aparece la conducta bipolar de exageraciones seguidas de depresión de los integrantes de un “colectivo” (Frente para la Victoria) en donde todo se usa para argumentar y no para esclarecer y animar la comprensión inteligente de las cosas. El significado pasa a ser un insignificante en cuanto el lenguaje que lo habita se convierte en una mera estrategia política.
Barone para argumentar apela a un pasado, donde queda a las claras la óptica de ver ese mismo pasado. No es el desconocimiento de la periodista, sino el acto mismo de la periodista que podía preguntar, el que se le escapa. Barone  transforma la objetividad en complicidad de su historia personal y muestra los limites de forzar el relato.
Lubertino  muestra el absoluto desprecio por el respeto a la diversidad. El pensar distinto sobre el aborto punible, es “meter rosarios o kipás en el ovario”. El respeto a las minorías o mayorías o como sea, no es solamente para los problemas de genero, es también respecto de política, raza o religión. Pero a Lubertino en el límite de la versatilidad de todo relato trucho puede usar los fuegos artificiales del discurso insignificante para ella, diciendo lo que se le antoje en contra del pensamiento de los demás.
Para finalizar
En los limites del relato como justificación de lo injustificable, se llega a la conclusión definitiva que el golpe del 76 fue cívico militar, es decir que conto con la complicidad silenciosa de civiles. Un ejemplo es la vaga defensa del Chino Navarro de las acciones de K en Santa Cruz. De una entrevista  dada a La Nación recojo esta parte del dialogo:

-¿Cómo se puede incorporar a su película de Néstor la precuela que sería la 1050 en Río Gallegos?

-¿Quién es San Martín? ¿El de Bailén o el de San Lorenzo? Hay que entender el proceso histórico. Néstor en la dictadura hizo lo que hicieron la mayoría de los argentinos, sobrevivió como pudo. Con aciertos y con errores.

Es de imaginarse que el Kirchner de Bailen es el que apoyo a la dictadura militar durante sus primeros años en Santa Cruz.  Si no fuera así, deberíamos entender que San Martín no se formo en las filas del que seria, durante la emancipación, el enemigo.
El relato llega a sus contradicciones absolutas. No se puede argumentar hasta el infinito sin que aparezcan los vicios de este uso insignificante.





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