EL CUENTO DE LA BUENA PIPA

EL TERRENO MENOS PROPICIO

Perón nos decía siempre desde la escuela de conducción peronista su concepción militar de Von Klausevitz: 1º Elegir al enemigo. 2º Si no se puede elegir el enemigo, elegir el lugar donde vas a desarrollar la batalla. Con este simple razonamiento nos damos cuenta que las Abuelas, los organismos de Derechos humanos y el gobierno han decidido llevar la batalla con Clarín en el terreno de las Victimas como pueden ser los hijos adoptivos de Noble. Cuando el emperre de Carlotto no da tregua, cuando Mempo Giardinelli en afán de dar rienda suelta a la verdad le propone a la sociedad no darle solución jamás a las víctimas del terrorismo de estado, si lo fueran y si no lo son que se jodan, es que los hacen además de victimas, dos veces victimas. Víctimas de la represión y víctimas de un sistema judicial que aplica la ley del adversario para su satisfacción personal. Porque da la casualidad que no es con Ernestina Herrera con quien se la agarran de lleno, sino lateralmente con sus hijos adoptivos. Y no los dejan en paz. Ahí se acabo la verdad, la justicia y la búsqueda. Ahí ya hay ensañamiento contra dos personas humanas. Que son libres de decidir por sí lo que quieren para su futuro. Aquí, no, aquí hay normas superiores, normas que parecen de una ética mayor a las que impone la iglesia católica que si no se cumplen estos dos jóvenes, cargaran de por vida el calvario de la suposición de haber sido recipiendarios sus padres de crímenes de lesa humanidad, es decir de haber sido víctimas. Por eso, por ser víctimas y tener derecho los familiares de esas víctimas a saber la verdad, y no sabiendo cuanto de verdad hay en ellos y por ser oscuro su pasado en cuanto a su origen, están sometidos a lo que se les ocurra investigar, a confrontar y la causa estará abierta de por vida, en tanto y en cuanto esta gente quiera. En realidad es como cuando el Papa defiende el Celibato, se le van todos encima, la verdad no es un dogma en tanto y en cuanto estamos hablando de dos personas que quieren hacer uso de su libertad, sin perjuicio de si quieren seguirla con Ernestina que la sigan. También ha habido camaristas que dijeron que si al indulto y luego el mismo camarista dijo no, así que no vengan con que hay que atarse a la ley, porque la ley es humana y se cambia. Y gracias a esos pequeños cambios es que van acorralando en los fallos a los jóvenes. Y a cada superación le meten más trabas. Es que evidentemente no van a pararla nunca. Tienen el estigma de ser presuntas víctimas y así tendrán que cagarse la vida porque estos organismos se les canto las pelotas. En realidad han elegido el terreno donde pelearse y son estos jóvenes. Estos jóvenes, que de ultima se los presume victimas, ahora son víctimas de los organismos de los derechos humanos, en tanto y en cuanto no los dejaran vivir en paz de por vida. Quizás sea portación de apellido.