HAY QUE PERDONARLOS NO SABEN NI LO QUE HACEN
Como quien no quiere la cosa, los obreros de la Fundación Plaza de Mayo perdieron el miedo a la Patota de Hebe y Shocklender. Ya vaciada por los cretinos, los laburantes, argentinos o bolivianos, se les paga con una verdadera xenofobia mientras se siguen pagando ingentes campañas publicitarias para resolver los viejos temas pendientes de los derechos humanos. Cuando también los urgentes, los inéditos, los que están ahí, ante los ojos, ni los pueden ver. Cristina no es peronista, es más que claro al igual que los que gobiernan junto a ella y permanecen a su lado. El fin último de un gobierno peronista es la felicidad del pueblo. Jamás le pasó por la cabeza a Cristina ni a su difunto marido, que la felicidad del pueblo podía tener un rédito político para ellos. La tensión, el forreo, la denotación, la confrontación, todo la dialectico tenia para este par de tortolos la magnífica impronta de que en el quilombo ellos gobiernan, en la serenidad de una sociedad sin objetivos hasta se pueden poner todos en contra. Así que ocuparon el centro de la escena sin preocuparse como. Inclusive se apropiaron de los derechos humanos, haciendo lo imposible para bastardear lo más sensible de la sociedad argentina. Han conseguido lo que nadie hubiera conseguido, destruir la imagen de Hebe Bonafini. Además sin pelear, ni tirar un solo tiro. Puede que los hijos de Herrera Noble sean hijos de desaparecidos, pero los dejaron victimizarse y los violaron hasta hartarse, les quitaron todos los derechos, hasta justificaron con su condición que en realidad no tenían ningún derecho. Y para colmo, a los querellantes no eran los querellantes. Y quedo claro, que la primera batalla la ganaron, que los juicios eran con ellos no con los demás, y lo han ampliado, con una facilidad perturbadora. Debe ser la ley, la misma ley, que se pasan por la quilla. Como las internas obligatorias por ley que eligieron a Filmus. Además ahora los reprimen, como no reprimieron cuando usurparon el Indoamericano. Deben querer restablecer la ley. En realidad, están desubicados de la realidad.
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