02 marzo 2012

SIN MAQUILLAJE

CUIDAR LA POLITICA DESDE EL GENERO HUMANO

Esta claro que el genero masculino ha hecho en la historia y no solo en el presente, estropicios con la política.
El avance de la mujer en todos los ámbitos parece un soplo de aire fresco para oxigenar los alicaídos estropicios hechos por la cultura política machista.
Este aire fresco puede convertirse en mal aliento si se supone que el taparle la boca al otro es signo de coraje y rozamiento, por el contrario, el género femenino si pone su toque de distinción en la política es por la pertenencia no solo al  género sino a su condición de ser humano.
Su suavidad y su orden, no pueden ser antojadizos y convertir a la política en una mediocridad por un estilo de época, donde la mujer actuara a contramano de lo hecho por los hombres como si el género femenino estuviera fuera del género humano o fuera uno solo excluyente.
Es interesante recordar que el género humano tiene dos subgéneros, gracias a dios,  pero los subgéneros no hacen la diferencia a la pertenencia a ese  colectivo llamado “humanidad”.
¿No es un machista tirano el que a los gritos calla la boca a cualquiera, sean estos tirios o troyanos?
Estas reflexiones me vienen al caso por un estilo político practicado por algunas militantes afines al Kirchnerismo, como (la yo no sé que es’ en términos políticos) María José Lubertino. Si teníamos que la presencia de la mujer en la política significa un aporte de aire fresco a los estropicios masculinos, debemos decir que Lubertino no aporta nada.
Tan ridícula es su posición que hasta una reflexión como la presente puede llegar a considerarla de estilo machista. Pero bueno, en el marco del respeto a las diferencias, también podría ser. Pero solo puede envalentonar sus actitudes a un perfil especial de mujer que busca revancha y no por el contrario: la racionalidad política.
La racionalidad política tiene que partir de la aceptación del hecho que no todo lo que haga estará bien, ni deberá ser aceptado por todos, ni que en la confrontación arbitraria del punto de vista, la razón estará del lado del que tapa la boca. Una gran cantidad de votos no convierten en verdaderas las cosas que dicen los dirigentes, ni le dan legitimidad a una mentira.
Pero no nos tiene que asombrar Lubertino, ya que ayer escuchamos un discurso de la presidenta donde la falta de significado, solo basada en las emociones fingidas y los deditos levantados retando, no sirven para nada.
Puede que una mujer se sienta molesta por lo que se escribe en el blog, pero por el contrario es una defensa a la posibilidad de poner luz a una política solo de hombres en las que quedan los gobernados por ellos perplejos.
Pero si a la luz la ensombrecen las cualidades combativas por un mero sentimiento antimachista, no se convierten en feministas, por el contrario, se convierten en negadoras del género humano. Ya que el modelo no significa solidaridad con el género, sino más bien un mero estilo.
Y como conclusión si el problema pasa por una cuestión de género, hagamos de cuenta y solo como método similar a la duda cartesiana, que esto fue escrito por un transexual, ya que no puedo evitar cuando escribo mi condición masculina. Por lo tanto la duda del genero, por ahí da, como para que se entienda el mensaje.






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