18 marzo 2012

LA HISTORIA LATENTE


DIVIDIDOS

La fractura está latente", opinó Santiago Senén González, creador del Archivo del Sindicalismo Argentino de la Universidad Torcuato Di Tella.
Esta afirmación publicada en el Diario La Nación en un análisis de acercamiento entre Barrionuevo y Moyano, aunque más no sea por charlas telefónicas, demuestra que jamás se entendió al sindicalismo en la Republica Argentina.
Solo bastara nombrar La CGT de los Argentinos, Los de pie junto a Perón, las 62 Organizaciones Peronistas la Comisión Nacional de los 25, los no alineados, los participacionistas, la CGT Azopardo la CGT Brasil, el MTA, los Vandoristas, los Gordos, los gremios de servicios, los independientes, las regionales, los kirchneristas, los combativos,  los bla, bla, bla.
Debemos si hacemos una breve reseña de la historia de Sindicalismo desde Alonso, hasta el presente y de la CTA, con Yasky y MIcheli, que la Fractura esta latente, es la medida de todas las cosas.
Este no entender nada, vincularlo a cajas, a la búsqueda del poder absoluto y a la corrupción es más fácil que decir que existe una gran libertad en la conformación del sindicalismo. Que existen como siempre divergencias que no solo son intereses económicos, sino también, intereses políticos.
Esta claro que Pigñanelli de Smata no va a tener la misma apreciación del modelo económico que los gremios de la Asociación Obrera Textil. Que el Gremio de los trabajadores del Calzado puede estar bien o mal según las restricciones de Moreno, por lo tanto estar a favor o en contra según la decisión tomada.
Las Obras Sociales tampoco las entienden, y son percibidas como un centro de corrupción. Si así lo fueran es por su desnaturalización fomentada del Estado. Fue la dictadura militar la que empezó a diferenciar la actividad de las obras sociales de los sindicatos y fue el General Centeno el iniciador de esta estrategia,  esta idea política fundacional fue lo que dio marco a la Ley de Aldo Neri con solo añadir cierto nivel de democracia interna en la elección de su directorio,  los decretos de Menem firmados por José Luis Lingieri en donde se hacia a las obras sociales corresponsables de la ineficacia estatal de su medicina con la idea del “hospital de autogestión” para cobrar las deudas a las obras sociales y que anima y define el cada vez mas indisimulable avance del estado sobre esos fondos.
En la historia, y vale recordar, que las obras sociales sindicales fueron obtenidas por el reconocimiento del estado de la incompetencia en salud pública. Los trabajadores incluidos en convenciones colectivas de trabajo, aportes de ley pero de base convencional, les permitiría organizar sus propias prestaciones medicas.
Hoy la falta de memoria hace que se pueda suponer que el Estado mejoro la atención publica hospitalaria, y que la división entre obras sociales y sindicatos esta plasmada por ley.
Luego por lo tanto la fractura latente, no solo late hoy, sino desde toda la vida, ahora si el Instituto Di Tella ve como latente solo la ruptura de Moyano con el Gobierno y la pelea por los espacios de poder, no se da cuenta que hay dos centrales obreras, una reconocida y otra no. La CGTRA y la CTA y de las cuales salen la CGT Azul y Blanca y la CTA de Micheli. Por lo tanto no hay que fracturar nada, solo hacer una reunión para decir somos cualquier otra cosa y no esto.
La visión luego del paso de Moyano por el poder kirchnerista, es que las estructuras tradicionales de poder sindical, están casi vacías. Solo bastaría con hablar con los empresarios de los sectores que firman acuerdos con el gobierno, lo demás en puro verso.







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