06 octubre 2010

UN 5 A 2 QUE CONVIERTE AL FALLO UNANIME

KIRCHNER RECUENTA COMO YASKY
El gobierno se equivocó cuando le pidió a la Suprema Corte de Justicia que resolviera un problema de un juzgado de primera instancia en trámite. La bestialidad de haberle pedido semejante “per saltum” es solo una extravagancia de un ser que piensa que los códigos de procedimientos, los acuerdos y la jurisprudencia de la corte, se las puede pasar por la quilla, sin ningún problema todo por una cuestión de apellido. Esto es el primer error. El gobierno se equivocó al cuestionar a la corte como que impedía la vigencia de la Ley de Medios cuando en realidad, solo debía fallar en el caso de un pedido “a los bestia” hecho por el mismo gobierno, sobre un punto, cuando la corte no cuestiono la totalidad de la ley en tanto y en cuanto la ley está plenamente vigente excepto en el punto donde ha sido recurrida por Clarín como “personal damnificado” que pese a su manifiesta enemistad por parte de los Kirchner no le han sido conculcados sus derechos constitucionales de reclamar ante la justicia. Se aferraron a ese punto en cuestión mientras vienen desarrollando todo lo demás como para seguir con su lucha mediática con el multimedios y así arrasar con su objetivo. Este es su segundo error. El diputado Kirchner en un discurso transversal manifestó que la corte no fue unánime al fallar y con su caterva de mentiras a cuestas dijo sus mentiras a medias. En la cuestión todos fallaron según un criterio. Lo que si no estuvieron de acuerdo en cinco a dos es fundamentar su posición. Dos no lo hicieron por obvio, cinco lo hicieron por respeto. En el fallo los siete estuvieron de acuerdo y no hubo disidencias. El diputado uso esta actitud para mostrar fisuras internas en la composición de la corte. El estilo de cada integrante de la misma puesta en combate contra el Monopolio además de mostrar el hijodeputismo político es el tercer error. Sea como sea y cuando vienen y van desmentidas con Der Spiegel de Alemania sobre una entrevista con Cristina, la relación con los medios del matrimonio maltratador es pésima. Y se extiende así por todos los ámbitos de la comunicación con los demás órganos de la república y la gente. Anestesiados por la retórica de un discurso que es un perro que se muerde la cola y convencidos que la democracia debe ser sostenida en sus conceptos por encima de sus gobernantes, se soporta la estupidez de esta gente como quien soporta los gritos de su suegra esclerótica.


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