LA CEREMONIA Y LA CRUZ
La dulce y maravillosa prosa de Verbitsky no puede ocultar los hechos como son. De los oropeles terribles de las iglesias occidentales o las humildes iglesias de los pobres, en los contrastes tan diametrales, esta Cristo y su misterio. A la hora de la muerte, no fue, ni el Che Guevara, ni Fidel Castro, ni Lenin con sus fotos lo que dieron el marco a la despedida de Néstor Kirchner de su paso terrenal, fue la Cruz. En la Biblia y en el sacerdocio fue donde los familiares y amigos hallaron una forma de reconfortarse ante el infortunio. Y la reencarnación ya sea en el cuerpo o en el pueblo, no importa lo que piense San Buenaventura, podemos estar convencidos ha estado presente a la hora en que los despojos mortales de quien fuera un poderoso en el país. Ahora pasara al seno de Dios padre en su humilde condición de hombre, a través del Cristo en la cruz y luego resucitado, esperanza de los que vivimos en la tierra y somos del culto Católico, Apostólico y Romano. No importa si fue Laguna o Casaretto, no importa si fue Molina o Bergoglio, todos están ungidos por la tradición obispal de Pedro los que estuvieron presentes en la ceremonia. La Iglesia Católica la odiada y amada, la de Cristo Rey o el Cristo Obrero, ha estado a la hora confortar a los deudos. Y esto es así, Horacio, tu prosa no puede ocultar la verdad: son católicos, parece que el ex presidente también.
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