LA MEMORIA VIVA
La idea de no mostrar el cadáver de Néstor Kirchner tiene también una figura simbólica interesante. No habrá recuerdos de su imagen yaciente. Su imagen para todos permanecerá de hombre vivo. El duelo, a partir de su deceso, solo será posible para el grupo de los íntimos y de aquellas personas que por pertenecer al hospital y a la empresa de pompas fúnebres han tenido que manipular su cuerpo en la reanimación y luego sus despojos mortales. EL mensaje es también político y de mantener viva la imagen de un Kirchner que aun dimane poder. Esta pretensión se verá con el devenir. Pero lo que es para algunos reiterativo, de que el vacío de la figura del marido de la presidenta, la puede llevar a un gesto de unidad nacional, parece afirmarse en datos que indican lo contrario. En realidad, estas decisiones son atributos personales del círculo íntimo del difunto. Pero superan, como está a la vista, por su magnitud y concurrencia de seguidores, los límites precisos que la intimidad le puso.
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