La historia de los accidentes de trabajo es una historia
desgraciada para los trabajadores. Acusada por la judicialización de los
accidentes es casualmente por ser discrecional para los empleadores su aplicación
tanto la vigente que formara las ART, como la anterior, como se lleva por
delante la presunción de Aníbal Fernández, (el piola) de que se le da al
trabajador de optar por una vía, ya sea la de la misma ART en su liquidación o
la judicial.
El problema no esta en la vía, sino el criterio de evaluación
del accidente. Aníbal ni se le ocurrió explicar como esta este tema y en manos
de quien queda la determinación de la incapacidad, o la evolución del
tratamiento, en casos de defunción deberán suponer Aníbal que el trabajo en
negro no existe. Por lo tanto uno puede llegar a preguntarse, que carajo
importan las Bias en el trabajo no registrado. Claro, ahí no hay vía y queda
solo la vía del litigio de los derechohabientes o de los lesionados. Luego nada
se habla de la determinación por
resolver los accidentes in itinere y cuando estos acontecen según la modalidad
de trabajo. Por ejemplo los trabajadores afectados a reparto que no salen desde
un lugar de trabajo y vuelven a el, sino que son operativamente dejados en el
final de la descarga.
Aquí no hay que ser moyanista, antigobierno. El resolver la vía
es apenas una necesidad de la patronal no una reforma profunda del sistema de
la accidentologia en la legislación laboral.
No caben dudas que un accidentado esta en inferioridad de
condiciones para no aceptar cobrar, mas si hay incapacidad laboral e ir a
reclamar a la justicia mientras no tiene aptitud laboral o vianda con una
secuela traumática de su accidente a los efectos de conseguir nuevo empleo.
Para entender la problemática de la accidentologia en
nuestro país hay que no ser pelotudo. Si hay un sistema de juicios sobre el
tema es, exactamente, que el sistema falla en la determinación de la aplicación
de la norma. Y que en realidad es un abuso de la patronal, la mayoría de las
veces. Agravado por la existencia de las ART que son apenas un delay para
defender un negocio, no la salud de trabajador.
No es lirismo, ni patetismo, solo que verdaderamente el
anteproyecto de ART no le sirve al trabajador en cuanto a ponerlo en pie de
igualdad con el empleador o su liquidadora al momento del alta o convalecencia,
ni que hablar con los deudos en casos de muerte.
Es la defensa de los trabajadores, idiota.
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