04 julio 2010



Diputados: la centroizquierda ayuda al Gobierno en temas clave


Mientras los otros bloques anti K programan el último semestre parlamentario en cócteles semanales, la centroizquierda no participa de esas reuniones y, con sigilo, suele favorecer al Gobierno. Con sus votos, el kirchnerismo estuvo cerca de hacer público el testimonio de Sadous y casi frustra la reforma del Consejo de la Magistratura. También bloquean el proyecto que coparticipa la recaudación del impuesto al cheque. Las dudas de Solanas y la ambivalencia de Macaluse.
La Política Online 02.07.2010 18:16:00

El pasado martes por la noche los diputados de la oposición no salían de su asombro: sin explicación alguna, el oficialismo se ausentó de la reunión de labor parlamentaria y pidieron posponerla para el día siguiente. Cuando finalmente se hizo, cumplieron con las formalidades sin mayores sorpresas.


“Algo se tienen guardado”, especuló uno de los testigos. Y así fue. Cuando el presidente de la Cámara, Eduardo Fellner, leyó los asuntos entrados, le otorgó la palabra al jefe del bloque K Agustín Rossi, quien pidió aceptar al pedido del canciller Héctor Timerman de hacer público el testimonio del ex embajador en Venezuela Eduardo Sadous.

A esa escena le siguió un largo debate sobre si era correcto ese planteo fuera del orden del día que terminó con una moción de Federico Pinedo, del Pro, para exigir que la misiva del canciller sea considerada en Comisión.

Esa postura triunfó por 123 a 105, en una votación que tuvo una sorpresa nada menor: los once diputados del interbloque de centroizquierda rechazaron la moción, o sea, aceptaron sin chistar una nueva jugada del oficialismo para entorpecer el funcionamiento de la Cámara y evitar votaciones desfavorables.

El desliz de los Grupo de los once (5 de Proyecto Sur, 3 de Solidaridad e Igualdad, 2 del Movimiento Libres del Sur y 1 de Diálogo por Buenos Aires) pudo tener un costo mayúsculo, ya que le impidieron a la oposición alcanzar los 129 votos necesarios para asegurarse la mayoría. Sin propios y aliados ausentes, el kirchnerismo pudo haber arañado esa cifra.



No fue el único cachetazo que dieron. Contra lo que se presumía, no fueron unánimes en el aval al dictamen del resto de la oposición de la reforma al Consejo de la Magistratura.

Fue ese el compromiso que tomaron los 5 de Proyecto Sur, que fueron representados en las reuniones de comisión por Alcira Argumedo y Liliana Parada, quienes tras exigir varias modificaciones firmaron el dictamen.

En un primer momento pareció poco importarle a Verónica Benas, una diputada de Solidaridad e Igualdad (SI) que trabaja en tándem con Eduardo Macaluse, con quien muchos kirchneristas aseguran contar en las chiquitas. La versión taquigráfica original computa una abstención, lo que puso en riesgo el proyecto, que, finalmente fue aprobado con 134 apoyos, sólo cinco más de los necesarios, un número que se alcanzó con intensas gestiones de los jefes de bloque. Una correción del documento indica que Benas finalmente votó a favor. Las vacilaciones dejaron dudas.






Durante la discusión en comisiones, el radical Ricardo Gil Lavedra, autor del dictamen aprobado, consensuó posturas hasta garantizar tener los 129 votos en el recinto, para lo que negoció tres veces con Argumedo y Parada con la impresión de estar sumando a los once del interbloque. Esas gestiones demoraron un semestre la llegada de la iniciativa al recinto.

Cuando el tablero electrónico marcó 131 –luego fueron 3 más- respiró hondo desde su banca. Una derrota hubiera sepultado las chances de arrebatarle al kirchnerismo la posibilidad que tiene hoy de sancionar o designar jueces a gusto.

Apartados

Ni siquiera Fernando “Pino” Solanas o Claudio Lozano, dos diputados de Proyecto Sur con alto perfil, fueron invitados a la reunión que legisladores opositores protagonizaron el martes en el despacho del senador radical Gerardo Morales.

Allí hubo referentes de ambas Cámaras de la UCR, la Coalición Cívica, el Pro, pero también del socialismo, el Gen y el Frente Cívico Cordobés, tres sectores que en Diputados suelen coincidir en posturas con la centroizquierda opositora.

“No los invitamos porque a ellos no les gustan estas fotos, pero queremos saber que hacen desde ahora en más”, relató a LPO un diputado radical al tanto de estas gestiones.

Los legisladores no oficialistas acordaron avanzar con una serie de proyectos comunes, como la normalización del Indec y la reforma universal por hijo, pero también se impusieron avanzar con otros que están trabados. Con esos objetivos, crearon una comisión bicameral y el martes próximo volverán a verse las caras en Diputados.

En el Senado, donde la oposición sólo puede aspirar a alcanzar la mayoría si alinea a todos los bloques, hay tres proyectos aprobados por la oposición de Diputados pendientes de tratamiento: la restricción a los superpoderes, el nuevo régimen de los DNU y la reforma del Consejo de la Magistratura.

Además del reparto de autoridades, en la Cámara alta sólo hubo un proyecto que el kirchnerismo no puedo evitar trabar: la coparticipación del impuesto al cheque.

Esa iniciativa nunca fue ley porque, una vez en Diputados, se encontró con la resistencia de la centroizquierda, que pretende derogar el tributo antes de repartir lo que hoy recauda entre las provincias. En la Casa Rosada agradecen cada minuto que demora este debate








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