HUMOR CON BRONCA

O LA BRONCA DEL HUMOR

Lanata volvió a la televisión como el Tato Bores del siglo XXI. Su paso por la revista se ve que le dejo un perfil que va desde el periodismo de investigación a un humor irónico sobre los estropicios que hace el gobierno.

Pero debemos ser sinceros, el hartazgo de Lanata contra las medidas del gobierno y las mentiras que todos debemos soportar, no hacen de este sentimiento  un hecho humorístico.

Por el contrario el hartazgo trae escepticismo, en el caso de Lanata es lo que nos cuesta trabajo controlar: LA BRONCA. Cuando llegamos a este punto comprendemos porque las verdades más amplias de Lanata parecen planteo de parte y persecución.

Tenemos bronca, es cierto, no tenemos que llegar a la templanza de los radicales de apoyar o no apoyar, porque los radicales como principistas no saben que hacer. Ni Pino Solanas que pide una YPF del Estado y apoya una YPF con acciones mayoritarias del estado y declama otra cosa.

Lanata dijo que en el país había como una sensación de miedo, quizás mas hablando de autocensura. El peor miedo y el que mas sentimientos encontrados da y nadie lo dice porque puede ser fascista decirlo, pero es el gran desconcierto que existe en los valores a manejar en el ciudadano de a Pie.

El Cristinometakirchnerista, convirtió las relaciones sociales en un jeroglífico, donde se puede estar con Malvinas, no ser partidario de la Expropiación de YPF en forma parcial, protestar por la corrupción, echarle la culpa al maquinista de once., quejarse de los maestros y sus paros, quejarse de lo poco que ganan los maestros, quejarse de los piquetes y luego participar en un corte en su barrio con una cacerola por un corte de luz.

Por o tanto sin ventaja aparente el tuerto con glaucoma en el otro ojo es rey.

Lanata empuja para tomarse las cosas con cierto humor, pero la bronca canalizada por el humor no llega a superar la contradicción inherente a la sociedad porteña y gran bonaerense urbana.

Esto  hace a los que intenten decir algo verdadero en facciosos.