Micheletti y Zelaya son amigos. Entre ellos urden la patraña del golpe de estado y sale Zelaya en piyamas como para recordarnos exilios y militares en una región sensibilizada por la ropa verde, el autoritarismo y las desapariciones. La urgente solidaridad de las naciones de América del sur es evidente. Pero como toda cosa fáctica el hecho es irreversible y además sirve para tapar todas las cagadas que ha cometido Zelaya que lo llevaría irremediablemente a la cárcel más que de nuevo a la primera magistratura de Honduras.
La Organización de Estados Americanos se reúne una y otra vez buscando soluciones y consensos sobre lo que no tiene camino de retorno. Hasta que por ahí, entre tantas conversaciones aparece la fórmula mágica. Se llama a una nueva elección para designar a un presidente. La típica formula superadora. El paso adelante. No podemos arreglar el presente pero dejamos atrás lo viejo y pensamos en el futuro. En la pantomima de la embajada de Brasil, Zelaya grita sus derechos y amenaza con los deberes del estado que lo envileció.
Las elecciones se realizan. Y gana un hombre (un tal Lobo, debe ser el Hombre Lobo) que es del partido opositor y asume la presidencia del país. Todo se ha superado. Pero faltaba algo:
Juez exime a militares y Congreso dicta amnistía por golpe en Honduras
Tegucigalpa/Afp
Un juez hondureño sobreseyó este martes a seis generales acusados de abuso de autoridad y expatriación ilegal contra el depuesto presidente Manuel Zelaya y el Congreso amnistió a los involucrados en el golpe de Estado, un día antes de que asuma el presidente Porfirio Lobo.
El presidente de la Corte Suprema, Jorge Rivera, dictó "sobreseimiento definitivo" a los jefes militares "acusados de abuso de autoridad en perjuicio de la seguridad interior del Estado" por la expulsión de Zelaya a Costa Rica el día del golpe del 28 de junio, reza la resolución.
Horas más tarde, El Congreso aprobó la amnistía a los involucrados en el golpe, medida que favorece a Zelaya -acusado de 18 delitos por pretender reformar la Constitución- y a los que encabezaron el golpe.
El juez Rivera, designado por sus colegas de la Corte Suprema para resolver la causa, argumentó que "antes y después de que se produjo la captura del señor Zelaya, los imputados recibieron información en el sentido de que el país corría un peligro grave, realmente e inminente no sólo en el orden institucional sino en cuanto a la pérdida de numerosas vidas humanas".
Los generales actuaron para "preservar la democracia de la república y evitar el derramamiento de sangre, entre los que pudo estar el propio señor Zelaya", indica la sentencia.
La Fiscalía presentó a la Corte Suprema el 6 de enero un requerimiento contra los generales, medida que Zelaya criticó afirmando que era un "truco" para lograr la impunidad de los oficiales, entre ellos el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, Romeo Vásquez.
Aparte del sobreseimiento, los generales se vieron beneficiados por la amnistía aprobada la noche del martes con los 71 votos de los diputados del Partido Nacional de Lobo, que controla el Congreso de 128 miembros.
"El Congreso Nacional, en uso de las facultades de que está investido (...) decreta (...) conceder amnistía de carácter general para aquellos ciudadanos que hayan intentado o consumado las acciones típicas" durante el golpe del 28 de junio, anota el decreto.
La amnistía se aplica a delitos de "traición a la patria, delitos contra la forma de gobierno (...), contra la seguridad del Estado (...), sedición (...), abuso de autoridad y violación de los deberes de los funcionarios", agrega.
El juez Rivera argumentó en su fallo que en Honduras había "tal peligro por las acciones de los seguidores del señor Zelaya, entre los que se encontraban personas originarias de otros países".
La amnistía fue propuesta por primera vez por el entonces mediador en la crisis hondureña, el presidente costarricense y Premio Nobel de la Paz Oscar Arias, pero no fue incluida en el acuerdo que finalmente firmaron los delegados de Zelaya y del presidente de facto Roberto Micheletti.
Los 45 diputados del Partido Liberal, la formación de Zelaya y Micheletti, se abstuvieron en la votación.
Cuando Cristina habla de golpismo debemos suponernos que puede imaginarse algo similar a este juego sagrado donde Zelaya salvo la pilcha. El Plan B.
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