Debemos sacarnos a esta altura de la jornada la careta. Aníbal Fernández es el Chirolita de los Kirchner. Dice lo que ellos no van a decir para guardar la imagen hipócrita de seres inconmovibles. Pero en realidad el payazo del Ministro en Jefe de Gabinete es la voz en off de Estado Conyugal. Por lo tanto, no es otra cosa que ellos mismo. Esta trilogía escatológica n o tiene más que el flatus vocis para resolver lo que no pueden resolver ellos mismos. Y cuando acusan a alguien de algo es que son aquellas cosas que hacen ellos mismos. SI Carrio apretó a Prat Gay para que hiciera lo que hiciera, es que ellos están acostumbrados a apretar a la gente para que hagan lo que ellos quieran. Saben porque lo hacen, por lo tanto queda demostrado de suyo que si Prat Gay es referenciado por Carrio, Carrio apretó, no sugirió o razono con Prat Gay. Como resultado de ello Cobos no es destituyente, ahora resulta ser que a Cobos no le tiran ni una tiza y todo a Carrio y Prat Gay por decir lo que no les gusta. Hasta para hacer timining y no aparecer como desaforados debieron diferir la firma del decreto que tienen ya hecho con la expulsión de Redrado. Porque está claro que el consejo de uno o de otro se lo pasaban por el forro, solo había que hacer las cosas en regla por imposición del “partido judicial”. Hablan al reverendo pedo. Como si el “partido judicial” no le ha lavado la causa a los Kirchner de enriquecimiento ilícito. Como si Prat Gay en sí mismo pudiera frenar el despropósito de patinarse la guita de las reservas. Como si Pesce no fuera un pescado rabioso, alcahuete mayor de un radicalismo claudicante que se vende al mejor postor. Aníbal es la voz del conyugato gobernante. Es la incoherencia puesta a confundir todo y embarrar la cancha. Es el mentiroso por excelencia, el Goebbels de los Kirchner. El fundamentador, el apologeta, y como si fuera poco el incoherente.
03 febrero 2010
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