ANIBAL FERNANDEZ ES SOLO EL REFLEJO DEL ESTADO DE SUS MANDANTES

AYER CHIROLITA, HOY PINOCHO, ANIBAL SIGUE SIENDO DE MADERA

El increíble caso de Aníbal Fernández ya no tiene límites. En un reportaje de radio le preguntaba la periodista sobre lo que había dicho sobre Alberto Fernández, cosa que el negaba. La periodista le dijo, permítame que le pase lo que Ud. dijo y la periodista ponía en el aire un pasaje donde decía que Alberto Fernández o su socia, habían comprado tierras en Calafate. A terminar la reproducción, sutilmente decía ¿ve? Yo no dije que él. Es él o su socia. No lo tengo bien claro. Lo que no decía que al seguir hablando seguía considerando que Alberto Fernández era el comprador de la tierra, no la socia, hasta le daba igual. Pero subió el tono y dijo que llevaba una buena relación con Alberto y que cuando él quisiera se iba a juntar con el ex ministro para arreglar los problemas. Es decir, tenía la impunidad de decir lo que se le cantaba las pelotas, mentir, negar lo obvio ante las narices de los que lo escuchábamos y encima, si mentía él se las iba a arreglar con Alberto Fernández. A veces cuesta escribir en el Blog. Sinceramente, hacer un blog político con gente que esta del tomate pero maneja la realidad de un país, y para colmo algunos le contestan desde su propia insensatez se convierte en algo difícil. Sinceramente no hay forma de construir otra alternativa. Es de un nivel tan bajo el poder que envilece a la oposición en una actitud mezquina tan ruin como la del poder mismo. Parece mentira que después de haberse gastado todo lo que llego a sus manos de una manera alevosa, aun gobernadores de tinte progresista como Fabiana Ríos o Hermes Binner puedan aceptar gastarse las reservas a manos del Estado Conyugal sin que se les caiga la cara de vergüenza. Como si el último dato de aumento a los jubilados no fuera un fiel de la balanza que midiera la realidad de lo que se hace con los fondos del Ansses. Pero allá ellos. Deben pensar que la que su culo es la medida de todas las cosas, superando a Protágoras.