11 abril 2012

EL ORO DE LOS TONTOS (*)

LA NADA QUE ANONADA

La invención de Vertbisky supero las necesidades estructurales de un relato de Carta Abierta, que se la vio perpleja. El chino Navarro y Eric Calcagno, en el sentido estricto, CALCAN el discurso con la misma argumentación sobre la idea de un discurso con tinte propio. Cuando tiene cuño. A diferencia de Mariotto, más profesional que le echaba la culpa a la resolución de la corte del Art 161 de la ley de Medios, ahora todos aparecen cuestionados. Los jueces, los fiscales, los testigos, los abogados, los empleados, los fotógrafos de Clarín y hasta me parece que el Turco Asís por delator. La difusión del chat de Rafecas con el abogado amigo de Boudou, más que hablar mal de Rafecas habla de la total dependencia de un juez Federal con la política. Ni que contar lo que uno puede llegar a entender de fallos como Oyarbide o el mismo Bonadío. Ahora resulta ser, que con el apriete de Rafecas y Rivolo (que se supone que es Rimolo y que arrastrara a Silvio Soldán) ahora resulta ser que le dan vuelta la causa de Once con impedirles ser querellantes y también lo de Cablevisión y el reto a Garre. El discurso oficial, sigue las pautas de que en el expediente no obra. Cosa que en la crucifixión mediática no han tenido ningún problema con Olivera, con Juez, con Blumberg, no han tenido tampoco problemas con los ADN de los hijos adoptivos de Herrera de Noble, de la condena mediática por crímenes de lesa humanidad en el caso Clarín, que el mismo Rafecas dictara. En realidad estamos en un caso obvio de antropofagia. Lo peor del caso que sabemos que ni el Chino Navarro, ni Calcagno tiene poder de conducir nada. Solo son operadores políticos, como es también el caso de Mariotto. Como se decía ayer consiguieron llenar la calle de elefantes. Al punto que nos queda la sensación que aunque la nueva Ciccone sea de Satanás, si no imprimimos moneda tendremos un serio problema. Así que ya deja de importar todo en su dimensión correcta a estar en la nueva dimensión. Jodan muchachos, que se quedaran sin moneda. Como si fuera poco, en esta aventura y por decisiones ajenas va el directorio del Central y quedo comprometido Etchegaray. Ya lo de Ciccone pasa a ser de vida o muerte porque el sistema requiere de pesos y hay que imprimir. Si no se imprime todo este discurso deviene casi infantil. La justificación se halla en si misma. ¿Quieren moneda nacional? Hay que imprimirla ya. Las posiciones que tomemos a partir de lo que suceda con el caso judicial, la salida de Righi, la designación de Raposo, la chu chu chu pasa a ser anécdota. A la hora de la verdad los billetes mandan. Aquí no es “billetera mata galán”, sino que” Imprenta capaz de emitir moneda mata instituciones republicanas”.

(*) Llamase "oro de los tontos" a aquellas joyas que simulando dorado no lo son de ese metal.


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