AL TREN BALA LO PAGA EL DON PIRULERO
El puntero entraba a toda velocidad al área. El defensor lo esperaba de frente, como se debe hacer en el futbol cuando uno está jugado. La habilidad del delantero hace gala con la pelota en sus pies, cuando en su esfuerzo ultimo el defensor, ya en el área, le pega un patadón al atacante que lo quiebra. Uno de los últimos hombres recupera la pelota y la manda a la tribuna de una volea magistral mientras el ágil y habilidoso queda retorciéndose de dolor, con el grito ahogado de la tribuna de “penal”. Macaya Márquez analiza la escena, y dice que en realidad dada la posición del árbitro y la velocidad de los hechos, el mismo, puede que no haya visto con claridad los acontecimientos. Que a su vez el delantero es famoso por sus teatralizaciones sobre las foules de los contrarios mas allá que ahora está en el Sanatorio de la Fractura. Que siempre la competencia habilidad y fuerza se encontraran en un punto. Que el árbitro entonces siempre tendrá el beneficio de la “JUGADA DE APRECIACION”. Bien Macaya, parece que la patada no hubiera existido.
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