15 diciembre 2010

UNA SOSPECHA Y UN MAL COMIENZO

DURO DE ACEPTAR
Con el nombramiento de Cristina Caamaño debemos hacer dos interpretaciones casi inaceptables: 1º Aleja del Caso de la investigación de Mariano Ferreyra a una fiscal que mantuvo activo y dinámico la maraña de encubrimientos y abrió a las luces los hechos tal cual fueron. De que se pueda probar el culpable material, es todo un tema, pero si quedaba claro que no era ajena la corrupción sindical de los Ferroviarios y las tercerizaciones y la adhesión al Moyanismo y al proyecto Sindical de Néstor y Cristina de los Ferroviarios. 2º) Si realmente esta mujer es un genio en seguridad que merece sin lugar a dudas el puesto, el dejar el caso anterior la deja con un manto de sospecha de que no ha sido puesta por sus conocimientos sino para apartarla de un lugar en donde se tocaban intereses de altísimo vuelo en la corrupción estatal.

Cristina Caamaño bien o mal elegida llega al Ministerio con un manto de sospecha sobre su el interés en su persona sobre el origen de su designación.


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