El estudio casi sociológico de las costumbres de la juventud argentina, parece ser el cambio de hábitos naturales de la evolución de una sociedad que se habitúa a la incorporación de nuevas transformaciones. En realidad, la universalidad del cambio tendría que lograr no solo ideas básicamente aceptadas por todos, sino acciones que se consideren adecuadas como el marco de la convivencia de una comunidad que se organiza en torno a ellas. Si avanzamos en una ley de divorcio el divorcio tendría que ser un trámite y no un calvario para alguna de las partes. Si la aceptación de la diversidad de sexos es un componente de la sociedad moderna la discriminación tendría que ser una expresión aceptada no solo por un contexto social permisivo, sino por una actitud interna (del país), y una condena hacia otros países cuya discriminación la ejercen, como lo es en el caso de las democracias que son derrocadas por golpes de estado (cfr. Caso Honduras). Si el análisis sociológico tiende a ver estos cambios como espontáneos y ajenos al devenir de las situaciones por las que el país atraviesa, como la falta de empleo, la esperanza, la falta de justicia distributiva, la carencia de garantía de estabilidad en el empleo, el descontrol de la venta de droga y alcohol en los centros de diversión de la juventud, la incertidumbre en la formación educativa primaria, secundaria y terciaria. La permisividad sexual contrariada por las mismas enfermedades de transmisión sexual como el HIV o la promiscuidad producto de la pobreza en las familias ampliadas que esta genera, el resultado no se agota en una mera descripción sociológica del fenómeno. Lo que aparece, el fenómeno, no se explica con lo que está ahí, ante nuestros ojos como lo nuevo. También la incorporación de tecnología es parte de este fenómeno adictivo. La computación a veces es tomada como refugio elusivo, ya sea el chat, el MSN, como ocultar identidad o formar nuevos vínculos orientados a conductas sexuales no comprometidas e intercambios de objetos cuyo origen no es propiamente una actividad licita, tiempo que lleva a los jóvenes mucho tiempo en una maquina, y que también por la actividad laboral y el uso de la tecnología se dispone en su puesto de trabajo. La web taringa.net nació en principio como un emprendimiento para intercambiar archivos pirateados con crack o el eufemismo de medicina para tener programas que de otra manera no se pudieran muñir por alto costo. También películas, no solo de última generación, sino también de la historia del cine figuraban entre las posibilidades de aquellos cultores de los videos y la música en mp3. Este espacio de intercambio no hacía falta recurrir a bitorrent, y por supuesto había de todo. Desde el simple programejo para el hackeo de teclado para guardar un log de la computadora, sistemas operativos de código abierto y no, para teléfonos celulares de todo tipo, GPS, Antivirus, programas de conversión de videos en distintos códec y un sin número de aplicaciones lejos de todo copyright. Una verdadera Alejandría para pobres. Muchos, pudieron acceder a un mundo nuevo gracias a un sistema solidario, que excedía los márgenes de la politización y el mercado, pero era demasiado, que un lugar así, pudiera no contaminarse con la mirada atenta del hijodeputismo al pedista que controla el país. Por lo tanto la billetera salió a la caza de espacio brillante de jóvenes de talento. ¿Cómo? Con la única arma con la que a un joven se lo puede abatir. Convertir su sueño en algo redituable. En ello no vería nada perverso. ¿La bala? El uso de los fondos del estado. El señuelo, la promoción de la página Web con el sello del Estado Nacional. A partir de ese momento taringa cambio. Obviamente fue más recelosa con el copyright. Las películas que están a disposición están interpositas por blogs. Los programas están protegidos y mas los de fabricación nacional como los de contabilidades, los cuales son borrados. Eso sí, todos los días son repetidas las predicas del sistema Kirchnerista. Sobre la Manipulación de los medios, con las levantadas de los videos de María Laura Olivan de la televisión pública, está claro, es Mariotto tal cual lo prueba el hipervínculo de la página el que está detrás de la movida. El sello inconfundible de la gestión de Cristina. La juventud, se la puede analizar desde cualquier espacio sociológico, desde sus hábitos de ir a bailar o sus hábitos de la computadora. Pero eso sí, si no se chupa o se droga, el Estado no le deja un espacio de alivio. No tiene de por si la posibilidad de genera su esperanza y en un país sin esperanzas el estado de agobio da lugar a cualquier cosa. Con análisis sociológico o sin él, Mariotto la tiene clara.
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