08 marzo 2010

LA BANDA BUDIN DE PAN

ESTA HECHA CON EL DURO
Pampurro, Scioli, Agustín Rossi y Pichetto tienen un mínimo común denominador tienen capacidad de dialogo. Todos sirvieron a varios jefes y sobrevivieron a su capacidad de anguila resbaladiza a quien definitiva los quiere agarrar, siendo verdaderos alcahuetes oportunistas, con un actual: si Néstor. Por lo que son ellos los que mandan las señales de que quieren bajar los decibeles y negociar como lo hicieron con el Senador Verna y la presidenta dejo de rémora un discurso que les rompía el culo sin más trámites que el guiño cómplice y viscoso de Sacro Imperio Nestoriano Santacruceñopampeano. Por lo tanto, el pelotudo que quiera negociar en esas condiciones es realmente un tipo que no entendió el lenguaje bipolar de los Kirchner o que en política no sabe cómo es esto de la rosca. Cosa que uno aprende en las unidades básicas o en la mesa de café de los pueblos cuando uno empieza la militancia regional. Por lo tanto y no por atarme a la vieja política, ser militante y llegar a un cargo legislativo implica como en el vino un tiempo de añejamiento en esto de las primeriadas y vejaciones diarias, de las que hay que ir curtiendo el cuero. Carrio, y no es santa que venere, tiene claro que los K mandan siempre a los más blandos a negociar para luego dar la orden de no hay acuerdo, pero como ha habido un avance quedan todos culo para arriba, pero no así los negociadores propios, que por su características de alcahuetes y avanzada de guías indios delatan a todos y permiten elaborar el próximo escenario de la confrontación que los K imaginan. Bien. Está claro que si lo que se quiere es un cambio de métodos y gobernabilidad hasta el 2011 y además un recambio y cualquier fuerza que pretende gobernar debe evitar que le dejen el campo minado. Esto significa: “CONTROL A LA GESTION”. El haber acumulado reservas no les da derecho a patinarse las reservas, los argumentos por validos que sean y aun atendibles, no tienen nada que ver de que deberán compartirlos con una oposición heterogénea. Y no les queda más remedio. Y si se va a un modo de confrontación extrema e inclusive a un modo de fractura social es su intransigencia a compartir el poder que han perdido en las elecciones del 28 de Junio y que hace que el parlamento tenga un mandato popular distinto al que llevo al poder a Cristina Kirchner. Esto es tan sencillo de entender, tan lineal que si se opone, es parte de esa Argentina trágica que inventan los ultras. Desde la crisis del Campo con la 125 se les dio señales claras al gobierno de que había que negociar espacios, pero desde las Cámaras en mayoría se practicó sistemáticamente, por el adelantamiento de las elecciones, la aplicación del número, como modo altruista de convencer a la oposición de que no había dialogo y que cuando fueran más que ganaran ellos. Bien, ahora pierden, y en otros puntos pueden ganar. Deberán aprender la dura experiencia de la convivencia democrática en el Congreso. Deberán acatar los fallos de la justicia. Como los jubilados, como los tenedores de deuda en el corralito por la pesificación asimétrica, como que él no tiene enriquecimiento ilícito patrimonial dictado por el juez Oyarbide en una situación extraña y que el mismo justificaba que cuando a la gente no le convenía no querían aceptar. Es hora de que él también y ella acepten los fallos adversos. Que se dejen de joder y que se den cuenta de que el modelo de licuación del salario y aumento de la recaudación por la inflación es un ajuste por otras vías. Que no se llenen la boca, que los trabajadores y el pueblo manso no se nos gastaron las neuronas en seguir la propaganda oficial, ni de la oposición emocionalmente molesta.



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