13 enero 2012

LOS MANTEROS Y LA RESPONSABILIDAD DEL GOBIERNO NACIONAL

COMO PARECE AJENO LO PROPIO

El caso del empleo no formal como son los manteros de la calle Florida parece ser exclusivamente un problema de la Ciudad de Buenos Aires y los contribuyentes de la zona. Un problema de alcance local. Ni se ha escuchado por ahí ni una palabra del Ministerio de trabajo en cuanto a la existencia de cuenta propismo y posibles cadenas de distribución de mercadería por este medio. Como así tampoco la AFIP.
Lo que digo es que si existiese un proveedor de accesorios de telefonía celular, cuyo modelo de venta minorista es compatible con la venta ambulante, habría fraude laboral, ya que por la ley de contrato de trabajo vigente define al mismo de la siguiente manera:
Art. 4° — Concepto de trabajo.

Constituye trabajo, a los fines de esta ley, toda actividad lícita que se preste en favor de quien tiene la facultad de dirigirla, mediante una remuneración.

El contrato de trabajo tiene como principal objeto la actividad productiva y creadora del hombre en sí. Sólo después ha de entenderse que media entre las partes una relación de intercambio y un fin económico en cuanto se disciplina por esta ley.

Quedan dos opciones viables, sin contar las que los especialistas quieran dar. O bien el Mantero es un cuentapropista o autónomo para la AFIP y deberá estar en regla con sus pagos a dicho organismo y bien el Ministerio de Trabajo deberá intimar a los propietarios de la mercadería que se vende en esos puestos callejeros a evitar el fraude laboral y considerar a esos manteros trabajadores en relación de dependencia, ya que sin ellos el fin de su actividad deviene ilícito por su manera de dirigirla. Se supone que la venta de esos artículos a los manteros es un simple contrato de adhesión con la que el distribuidor o fabricante elude la ley.
Lo que es interesante, que mientras la Policía Federal mira las cosas de costado, la AFIP no le interesa recaudar y al Ministerio de Trabajo no le interesa el trabajo en blanco, los que están desarrollando una actividad licita en la zona tienen que sufrir toda clase de inconvenientes como si solo le correspondiera a Gobierno de la Ciudad el problema. El problema de la ocupación de la vía pública es un problema de ese gobierno, pero no así el vínculo laboral y la situación de estos trabajadores con el fisco.
Todos con ojos de vaca y atónitos pedimos una solución a la ciudad para que se normalice el transito peatonal o vehicular por el problema. Nadie mira el problema de fondo, la irregularidad del trabajo de los manteros. No puede haber solidaridad social sin cumplimiento de la ley. No podemos apoyar una actividad que es de por si ajena al sistema laboral argentino, aunque tenga todos los justificativos sociales posibles y valederos es obligación del Ministerio de Trabajo encausar este tipo de prestación laboral, y de la AFIP asegurarse que lo marginal tiene un ámbito formal ya sea por el cumplimiento del pago a autónomos o por la existencia de un empleador.
La inoperancia de estos organismos y la presión sobre la CABA hacen pensar que no es una situación ajena a los intereses del poder.





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