30 mayo 2013

CONTRA LA IDEA DEL GENOCIDO DE FEINMAN. LOS HEROES TAMBIEN MUEREN.

Guerra del Paraguay: El honor 

del 1º de Línea

"No soy digno de ser su Jefe"
 - Por Esteban D. Ocampo 
de Escuadrón De Caballería Histórica


Recuerdo un tiempo de Gloria donde los Jefes de Batallón
 marchaban al frente de sus hombres para mostrarse como
 ejemplos, y no quedar en las ordenes... Tiempo en el
 cual junto al último de sus soldados sufrieron la
 Batalla; donde sangraron con ellos; donde su corazón
 se deshizo al ver caer a sus muchachos por el fuego
 del enemigo... Un tiempo donde cada uno de ellos
 fue como un padre para sus hombres. 

"El 1ro de Línea y el 1ro de Guardias Nacionales
 de Corrientes, atacados por un fuego infernal de
 fusilería y coheteras, se vieron pronto envueltos 
por dos batallones de infantería y un regimiento 
de caballería paraguayos que, resueltos e impetuosos,
 los obligaron a replegarse. No obstante, repuestos
 de la sorpresa inicial y a pesar de las grandes
 bajas sufridas, el 1ro. de Línea logró hacer pie
 y detener el avance arrollador del enemigo. 
Sosteniéndose a duras penas, esperando el envío
 de refuerzos con los que retomarán la ofensiva. 
Pero éstos no llegan, muy por el contrario, reciben
 una orden inesperada: ¡replegar el batallón! Ello
 significaba abandonar el campo al enemigo, y lo
 que era peor aún, dejar allí a los heridos y a los
 muertos. 
El coronel Rosetti, jefe del 1ro de Línea, aduciendo 
estas razones, solicitó se le enviase protección
 para salvar a aquellos y también el honor del 
batallón. Pero la respuesta fue la confirmación 
de la orden anterior.(...) 
Como es natural, el movimiento hacia
 retaguardia que se efectuó, alentó al 
enemigo que, emprendiendo el avance
 y llegando al campo abandonado, cayeron 
con saña feroz a ultimar a bayonetazos a los heridos
 y a cobrar su botín de la victoria. 
Momentos antes, uno de los heridos que quedaba
 abandonado, el sargento 2do José María Abrego,
 que tenía una pierna fracturada por una bala
 a la altura del muslo (y que fue ultimado luego
 a bayonetazos), se incorporó y levantando su
 fusil gritó con voz enérgica: 

-"¿Es posible, camaradas, que se retiren y nos 
dejen tomar prisioneros? ¡Vengan compañeros!" 

El soldado Alejandro Sider, que tenía un balazo
 en un tobillo, gritó que no lo abandonasen, y así 
se dejaron oír otros llamados. El batallón se había
 alejado 80 pasos cuando estos hechos ocurrieron.
 El coronel Rosetti, tan valiente como noble soldado,
 escuchando esto, no pudo soportarlo y decidido
 a desobedecer la orden a cualquier precio, 
dirigiéndose a su batallón expresó: 

-"Es la primera vez que el 1ro de Linea se retira frente
 a sus enemigos", y dejándose llevar por esta cruel idea,
 se arrancó una de las presillas de grado y arrojándosela 
a los paraguayos, agregó: "No soy digno de ser su jefe",
 y dando vuelta cargó sólo sobre el enemigo. 
Sus palabras y su acción hicieron reaccionar a las 
destrozadas filas del 1ro que, al ver la desesperación
 heroica de su jefe, dio cara al enemigo y se lanzó al
 combate al grito de: "¡Viva el Batallón 1ro de Infantería!" 
Así, como obedeciendo un mandato de la historia,
 el 1ro de Línea dio frente al enemigo y contraatacó. 
Sus tropas se desmembraron, no hubo orden y 
se apreció en distintas direcciones destacarse
 grupos de soldados acaudillados por oficiales
 y suboficiales, corriendo al encuentro de los paraguayos (...) 
Después de recoger a los caídos, el batallón formó 
en columna y marchó a su campo y aunque 
en el rostro de todos se veía claramente 
la pena que embargaba sus espíritus por 
la pérdida de tantos compañeros, llevaban 
en sus corazones la convicción de haber
 cumplido la palabra empeñada por su jefe,
 el coronel Rosetti, al presidente de la República,
 al contestar la alocución que éste dirigió al batallón
 al marchar a la campaña del Paraguay y
 que concluyó, diciendo: 

"Sois el 1ro en glorias y el 1ro en presentarse
 en el campo de batalla a hacer flamear esa
 bandera que tantas veces habéis cubierto de glorias..." 

A lo que contestó su valiente jefe: 

"Excelentísimo señor: podéis estar seguro 
de que el batallón sabrá cumplir con su deber
 en el puesto que se le designe". 

Y así fue." (1) 

Hubo un tiempo de Gloria donde se luchaba
 por la Patria con arrojo temerario, valor y
 compañerismo... 
donde cuando uno caía, era como un golpe
 certero al corazón, porque uno de los hijos
de la Patria estaba entregando lo más sagrado
 que un hombre tiene: su propia vida.
Un tiempo de Gloria, donde los Jefes se
pensaban no ser dignos de sus valientes 
muchachos, y por ello cargaban por la Gloria
 junto a ellos... junto a sus hombres...

Un tiempo donde todos sabían que:

"Perecer donde se eleve la libertad e independencia
 de la Patria, es la tumba más gloriosa para el bravo..." 

Aunque no fueran Jefes dignos de sus hombres... 
Aunque hoy, ante su ejemplo dejado, yo no
 sea digno de ser llamado ARGENTINO como
 ellos lo fueron... 

Esteban D. Ocampo 


(1) Giunti, Luis Leopoldo "Páginas de Gloria", Círculo Militar, pag. 88

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