14 agosto 2012

PARA DELEGADOS


EL PANTOGRAFO POLITICO SINDICAL

La verdad es que no hubo un acuerdo en relación al Subte. Más bien, la intervención de legisladores porteños y ajenos al Pro, evidencian que a las metodologías de las corrientes sindicales radicalizadas, hay que dejarles una puerta abierta para levantar sus decisiones.
Hemos visto todos estos días derroches de elogios a las asambleas a mano alzada para tomar decisiones. Todo esto a contramano del voto secreto y universal que consagra la ley de asociaciones sindicales.
También fueron elogiadas las asambleas populares de los años posteriores al 2001, (y esta claro que el sistema de votación a mano alzada, que no es una prueba de democracia, sino de la presión del conjunto sobre la decisión del asambleísta, disminuyendo la libertad de conciencia del elector), cuando el sistema asambleario no es en ningún caso democrático.
Los metrodelegados necesitaban una salida para explicar que se bajaban, el malestar social, mas allá de lo genuino del  reclamo, estaba derivando a un malestar social, que comprometía mas a ellos mismos que a los actores principales del problema.
¿Como puede haber perdido el transporte el concepto de SERVICIO PUBLICO?,  y no alertar a las organizaciones, (como es en el caso de los médicos, que dejan guardias para urgencias, pero el paro no es total) que deben prestar en cada paro un servicio básico, pero que con el concepto de Servicio Publico, no pueden dejar sin ese mismo servicio a los usuarios.
Lo que otra vez se pone en cuestión es la capacidad entre la legitimidad de un reclamo y el uso del sistema que establece  el marco jurídico. Punir, obligar, pedir el desalojo, despedir, esta decididamente enfrentado con el concepto de la libertad de huelga. Por lo tanto la interpretación de los conflictos en los servicios públicos tendría que estar garantizado, más allá de las garantías del derecho de huelga. Parece contradictorio, pero lo otro es tan contradictorio como lo que no esta pasando, y nadie puede resolver nada. Otra vez, la relación entre el reclamo y la posibilidad de hacer efectivo el reclamo. Esta demora hace a los dirigentes radicalizados ni sabios, ni prudentes. Por el contrario son victimas de su propio discurso y sin responsabilizar los por los hechos, en ultima instancia quedan presos los que reciben las consecuencias de las medidas, que son ajenos al núcleo del conflicto.
Es interesante el comentario de Maxi Montenegro sobre que Macri empezó a actuar como espejo. Una forma sutil de decir que es un reaccionario. Pero ante la política espejo, debería decir Maxi Montenegro, cual es el límite de tolerancia para un político cuya conducta se pone en cuestión, para callarse la boca. Salvo que Montenegro pretenda la ghandiana resistencia pacifica como solución ante la ira del  ofensor.
No creo que Macri se victimice, para victimizarse, habría que mostrar que el gobierno ha hecho algo por él, en el marco de ayuda dineraria a su gobierno.
Gritan que: “sea responsable” y nadie dice como se va a financiar y le piden que use recursos.  En este sentido es el mismo discurso que usaron con Scioli. Lo llevan hasta el borde del default para luego decir que son buenos administradores ellos y malos los otros. Esto es como el problema de los Jubilados que cobraban más del mínimo, que se incluyeron a más de 2000000 de nuevos jubilados con la misma masa destinados al pago de jubilaciones y pensiones con la simple maravilla de achicar las distancias entre los que más ganaban y los que menos ganaban. Por lo tanto un éxito, salvo que seas jubilado y cobres más de la máxima, no hubieras recibido por años aumento. El gobierno no genera nuevas fuentes de ingresos genuinas para sus proyectos, sino que encuentra una nueva caja para atracar en el marco de sus políticas.
Los metrodelegados nos han tenido que hacer pasar vergüenza ajena por sostener por una metodología antidemocrática medidas de fuerza. Ya que la imposición del voto asambleario es contraria a la idea del voto secreto y universal. Una asamblea no es democrática si ejerce presión de grupo sobre el votante.
Llevar a un paro de diez días para escenificar la incapacidad de Macri a resolver problemas que es funcional al discurso del gobierno. Por eso no darse cuenta que su fracaso es el fracaso de la política de usar sus modos de conflicto para maltratar a Macri, son tan fracasados como el éxito de Lubertino para darle competencia a la Subsecretaria de Trabajo del Gobierno de Buenos Aires.


















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